26 marzo, 2008

ODA AL LIBRO (I)



Libro, cuando te cierro
abro la vida.
Escucho
entrecortados gritos
en los puertos.
Los lingotes del cobre
cruzan los arenales,
bajan a Tocopilla.
Es de noche.
Entre las islas
nuestro océano
palpita con sus peces.
Toca los pies, los muslos,
las costillas calcáreas
de mi patria.
Toda la noche pega en sus orillas
y con la luz del día
amanece cantando
como si despertara una guitarra.

A mí me llama el golpe
del océano. A mí
me llama el viento,
y Rodríguez me llama,
José Antonio,
recibí un telegrama
del sindicato "Mina"
y ella, la que yo amo
(no les diré su nombre),
me espera en Bucalemu.

Libro, tú no has podido
empapelarme,
no me llenaste
de tipografía,
de impresiones celestes,
no pudiste
encuadernar mis ojos,
salgo de ti a poblar las arboledas
con la ronca familia de mi canto,
a trabajar metales encendidos
o a comer carne asada
junto al fuego en los montes.
Amo los libros
exploradores,
libros con bosque o nieve,
profundidad o cielo,
pero
odio
el libro araña
en donde el pensamiento
fue disponiendo alambre venenoso
para que allí se enrede
la juvenil y circundante mosca.
líbro, déjame libre.
Yo no quiero ir vestido
de volumen,
yo no vengo de un tomo,
mis poemas
no han comido poemas,
devoran
apasionados acontecimientos,
se nutren de intemperie,
extraen alimento de la tierra y los hombres.
Libro, déjame andar por los caminos
con polvo en los zapatos
y sin mitología:
vuelve a tu biblioteca,
yo me voy por las calles.

He aprendido la vida
de la vida,
el amor lo aprendí de un solo beso,
y no pude enseñar a nadie nada
sino lo que he vivido,
cuanto tuve en común con otros hombres,
cuanto luché con ellos:
cuanto expresé de todos en mi canto.

Pablo Neruda


NERUDA, Pablo. Odas elementales.
Barcelona: Random House Mondadori, 2003.

15 marzo, 2008

Libros y fallas.

Esto es un blog sobre libros hecho desde Valencia, y Valencia está en fallas.... así pues... Ninots con libros, como esta Abuela que lee un cuento a su nieta.

13 marzo, 2008

Adivina adivinanza...

Llegó hasta mi apartamento
mas no subió la escalera.
Tranquilo dejó la casa
en que apretado vivía.

Más atención, más espacio
y más afecto confía
alcanzar pronto de mí.

En mi habitación aguarda;
sin embargo, no me espera.
Tiene que contarme algo
mas su voz no podré oír.

Ayer llegó hasta mi vida
y le miraron mis ojos
con curiosidad y afán.

¿Será tan apasionante,
tan atractivo y sincero
para merecer el precio
de mi descanso y mi sueño?

EL JUEGO DE LA PALABRA DADA
XXXI PALABRA: LIBRO (Realizada en forma de adivinanza)
DADORA: Apolonio de Rodas

Esta adivinanza la ha creado Franciska para mi y para todos los que nos visitais, os recomiendo que paseis por su blog a ser posible cuanto antes donde encontrareis muchas cosas interesantes.
http://elnidodelpetirrojoparlanchin.blogspot.com/
Y también por su nuevo blog, nuevecito, practicamente sin estrenar:
http://franziska-eljuegodelapalabradada.blogspot.com/

GRACIAS FRANCISKA.

04 marzo, 2008

Aviso para navegantes.

Debido a una huelga en el túnel carpiano de mi mano derecha, este blog va a permanecer inactivo hasta el fin de la misma, puesto que la mano izquierda por solidaridad ha decidido que es demasiado trabajo para ella sola.
Seguiré entrando en los vuestros para estar al día, y VOLVERÉ en cuanto consiga ganar la negociación con ambas manos, previo paso por quirófano.


Un saludo para todos
Apolonio

Los caracteres móviles en China


Tras la llegada a China y Japón de los portugueses, los jesuitas introdujeron los últimos adelantos de la imprenta occidental en Extremo Oriente.
San Francisco Javier y sus sucesores se limitaron en principio a utilizar los procedimientos tradicionales en China. Pero en 1584 el Padre Valig Nano se propuso introducir los caracteres móviles fundados al estilo europeo, así imprimió una obra escolar en 1589 y se comenzó la traducción al chino de los tratados más importantes de la ciencia y la cultura occidental. Se logró publicar una enciclopedia de temas matemáticos y científicos de más de cien volúmenes.

03 marzo, 2008

El Necronomicón no existe.


Howard Philips Lovecraft realizó a lo largo de distintas novelas referencias a un libro que según relataba contenía fórmulas mágicas para la invocación de demonios, además de dejar entrever un conocimiento particular de la relación espacio-tiempo. Muchos lectores trataron entonces tratar de localizar una copia impresa de aquel misterioso libro, pero sus resultados fueron infructuosos.
Lovecraft sin embargo ofrecía poco a poco más detalles sobre aquella obra. Así afirmaba que la biblioteca Widener de la Universidad de Harvard atesoraba dentro de una caja fuerte una de las cuatro copias disponibles, puesto que el original fue destruido.
Aquel libro fue escrito por el poeta Abdul Al-Hazred durante el siglo VIII. A mediados del siglo X, la obra fue traducida al griego por Theodorus Philetas con el título de Necronomicón, trabajo que realizó en el más absoluto de los secretos, pero que no evitó que el patriarca Miguel tratase de destruir todas las copias sin conseguirlo. En 1228, Olaus Wormius tradujo la obra al latín.
A pesar de la persecución, según Lovecraft se realizaron distintas impresiones en España y Alemania durante el siglo XVII.
Hoy, además de la copia de la Universidad de Harvard, quedan algunos fragmentos dispersos en Simancas, y tres ejemplares completos más, una copia del siglo XV que está en la Biblioteca Nacional de París, otra en la Universidad de Miskatonic en Arkham (EEUU) y otra en la Universidad de Buenos Aires.
Sin embargo, Libro de los Nombres Muertos, Necronomicón o Al Azif, uno de los libros más temidos, perseguidos y buscados durante toda la Historia, no existe. Es solo una invención.