29 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. VI.

11 Pero acercándonos mas a nuestro assumpto, la copia en verdad de volúmenes en todo genero, y las excelentes Bibliothecas, con que se señalavan antiguamente nuestros Monasterios, nos subministran un fuerte argumento de la industria de los Mayores, y excelente exemplo de aplicación, digna de imitarse. El ordenar aquí las historias de todas estas, y dar un Catalogo tan solo de las mas sobresalientes, seria obra quizá de un superfluo, y mas prolixo trabajo. Ello consta, que el P. San Benito estableció en su regla, que al principio de la Quaresma cada uno tomasse de la Librería su libro, y los leyessen de nuevo. Pero siendo muy copioso el numero de los Monges, si a cada uno se distribuía un libro, y quedavan aun muchos precisos para componer la Bibliotheca, con razón se puede inferir aquí, que no era corto el numero de ellos. Pues si esto sin duda se comprueba de los primitivos Monasterios, lo mismo con mayor derecho se podrá decir de aquellos, que fueron fundados después; lo que en realidad se podrá fuertemente confirmar, en especial por el puntual, y continuo cuidado de copiar los libros, maltratados por la sobrada antigüedad, puesto que este era el único trabajo a que se aplicavan los Monges mas de ordinario, como manifiesta muy bien Mabillon en su precioso tratado de Studiis Monasticis, cap. 6. Hesteno in Disq. Monast. Henr. Petreo de Monast. Germ. p.4.

12 Con quanto cuidado, también solicitud, e industria, los que exercieron el cargo como buenos Prelados, se aplicaren a fomentar las enseñanzas de las buenas artes, y a eregir, y enriquecer las Bibliothecas de los Monasterios, se pudiera demonstrar con exemplos casi inumerables. Baste uno por mil. S. Benito Biscopio, Abad primero de Canterbury, después de Wiremath, y de Girwic en Inglaterra, eminente en doctrina, y santidad en el siglo 7, que haviendo partido cinco veces para Roma, otras tantas transporto de allí una inumerable copia de libros de todo genero, y compuso con ellos una excelente, y escogidissima Librería en el Monasterio Wiremuthense a quien presidía; adoleciendo de la ultima enfermedad exortó muy de veras a sus discípulos, para que con todo cuidado la conservassen, y precabiessen, no sucediesse, que por su propia negligencia se acabassen, o perdiessen algunos de los libros, como mas difussamente lo cuenta el Escritor de su vida, y discípulo el Venerable Beda. Añade Jepesio, que siendo el hombre sin letras un Microcosmo en realidad, o un pequeño Mundo, pero sin sol, para que pudiesse aprovechar, tanto a la Juventud, como a la Republica, Biscopio abrió juntamente con Geolfrido Escuelas en su Monasterio, donde exercieron también con puntualidad ellos mismos el ministerio de enseñar. De aquí salio aquella gran lumbrera de la Iglesia el Venerable Beda.

Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

25 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. V.

9 No sirve traer aquí las Bibliothecas Alexandrina de Ptolomeo Philadelpho, las Griegas de Pisistrato, y Aristóteles, y las Bizantinas, Attalicas, y Romanas de Asinio Pollion, Augusto, Tiberio, Trajano, y de otros antiguos, tanto privadas, como publicas, basta el hacer memoria, según el libro que escrivio Onuphrio Pancevino de la Bibliotheca Vaticana, que el Papa Hilario, primero deste nombre, fundo dos en Roma junto a la fuente Lateranense, a fin de conservar en ellas, para el uso publico de los Christianos, los escritos de la Iglesia Romana, y las Epístolas Decretales de los Romanos Pontífices, las Actas de los Concilios, retractaciones de los hereges, y libros de los antiguos Padres; en un tiempo en que con grande dificultad se hallavan libros, por la escasez, y falta de escrivientes. A la verdad, dice Lipsio, el juntar muchos libros en aquella edad no era cosa para un hombre, o hacienda privada, siendo tardía, y costosa la copia, hasta que esta muy útil arte de la Imprenta introduxo el atajo. La Vaticana pues, que saca oy su eminente cabeza entre todas las demás Bibliothecas de la Europa, reconoce por restauradores a Nicolao V, Sixto IV y V creció en especial con los despojos de la Heildeberga, Spanehim, y de Fulvio Ursino.

10 En vano será continuar en hacer mención aquí de las demás Naciones, que han parecido dignas de la mayor admiración por las Bibliothecas eregidas para usos públicos, porque quien no conocerá, y alabará el singular cuidado, y puntualidad en este assumpto de los Franceses, Italianos, Españoles, Ingleses, Olandeses? Pero si se han de repetir exemplos de las cosas bien ordenadas en la patria, los Alemanes, dice Hecthio Germ. Sacr. P. 187 desde que las Musas pusieron su habitación, y assiento en estas tierras, entendían que estos eran los medios, por los quales podían defenderse del olvido, y por ello abrían con tiempo Bibliothecas, y trahidos libros a la patria, con grandes gastos de los Lugares vecinos, y apartados, las aumentavan en especial los Prefectos de los Monasterios, que por quanto precedían a las Musas, sabiamente juzgavan, que les pertenecía también este cuidado. Pareceré cansado, si quiero contar tan solo las mas sobresalientes dedicadas para usos públicos. En Viena se ven tres, la principal la Cesárea, la Windbagiana, y la Schwindiana. En Enipont son muy nombradas dos, la Ambrosiana, y la Archiducal nueva. La que esta en Munich se distingue por el numero de los libros, y por lo selecto. Callo las de Berlín, Dresde, Hanover, Gotha, Norimberga, Lipsia, Hal, Francfort, etc. las quales assi como hicieron mas celebres las ciudades, y universidades donde existen, las bolvieron tamicen mucho mas frequentadas por el concurso de los Eruditos.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

22 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. IV

7 Y assi destos monumentos literarios, cada qual por su particular cuidado, se componía la Bibliotheca para si, y los suyos; luego después los Sumos Sacerdotes, y depositarios de los actos públicos; y finalmente los Reyes, y Principales Señores tomaron el cargo de fundar Librerías. Y a la verdad la primera, y mas antigua ocasión para recoger libros, parece que nació dela Colección, y conservación de los actos públicos, que se debían guardar en algún cierto lugar. Pues como se interesasse el publico en que se conservara la memoria de las cosas sucedidas, con mayor cuidado se aplicaron después a esto los Cultivadores de la antigua Sabiduría. Entre los Egypcios se daba el encargo a los Sacerdotes de ponerlo todo por escrito. Entre los Tyrios, como atestigua Josepho, los Archivos, donde estavan escondidos los papeles de los sucessos mas principales del País, los guardavan religiosamente los Sacerdotes. Lo mismo también se hacia entre los Chaldeos; y aun entre los mismos Hebreos, como refiere Josepho Libro I contra Apion. Y Martín cuenta, lib. I que el principal, y casi único cuidado entre los Chinos fue este. Ni tuvieron otra cosa mas deseada los Pueblos bien formados, que tener libres y seguras las Escuelas, y Librerías para enseñar la juventud, como manifiesta Calmet en una especial Dissertacion de las Escuelas de los Hebreos, pag. 571.

8 Nos abstenemos aquí de traer exemplos de otras Naciones: ya en su tiempo se quexava Salomón de que no havia modo, ni fin alguno en escrivir libros. El mismo escrivió muchissimos, trabajo muchissimos, y es muy verosímil, que, entre los monumentos de su magnificencia, dexo una Bibliotheca compuesta a expensas Reales. Osimanduas también, Rey de Egypto, entre otras acciones ilustres, compuso una grande Bibliotheca, en cuya frente puso escrito: Saludable Oficina del alma, como refiere Diodoro. Pues aunque no hallemos que huviesse Bibliothecas entre los Hebreos anta de Nehemias, se deben con todo tener en lugar destas los Anales de los Reyes Judaicos, e Israel, de los quales se hace tan corta mención en los libros de los Reyes, y Paralipomenon. Quien negara que Esdras, que emendo, y recogió la mayor parte de los libros historiales de la Sagrada Escritura, no abundasse en realidad de muchos monumentos, Anales, y otras obras, quando los libros, principalmente del Paralipomenon, los acuerden? A lo menos consta clarissimamente del II de los Machabeos cap. 2 que Nehemias, poniendo Esdras su fiel aplicación, formo una Bibliotheca en Jerusalén. Judas Machabeo suplió los que havian faltado con la guerra de Antiocho Epiphanes, o perecido del todo: ni hay duda que entre los Judíos existieron siempre después algunas Bibliothecas, destinadas para conservar ante todo el deposito de la doctrina celestial.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes

19 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. III.

5 Como quiera que sobresalga esto en medio de la razón, a muchos les parece mas verosímil que empezaron los libros primero a usarse después del Diluvio; ni con todo contra bastante del tiempo. Cassiano pues afirma de Cham, hijo de Noé, que aprendió de los descendientes de Caín las artes mágicas, y supersticiosas, y no atreviéndose a poner en el arca de su Santo Padre libros de tales cosas, esculpió estas ficciones profanas en laminas de hierro, y piedras durísimas, y las recogió todas después del diluvio con diligencia, y las transpasó a la posteridad. Pero juzgan los mas eruditos, que todo esto se ha de poner entre las hablillas, sin embargo que el Author del libro Recognitionum, falsamente atribuido a San Clemente Romano, diga también, que Cham dexó a sus descendientes libros, Corre oy día el libro Sepher Jezirach atribuido a Abraham, o el intitulado Liber informationum, que insertó también entre sus Escritores del arte Cabalístico Juan Pistorio Nidano; pero aunque le huviese sacado otro, que no fuesse el patrañero Postelo, con el estilo sin embargo, y su contenido descubriría la mentira. Si la historia de Job debe contarse entre esto, se duda, ni esta bastante contestado entre los eruditos, si acaso el mismo, u otro por ventura sea el author del libro, que corre en su nombre. Es verosímil que el arte de escrivir estuvo en uso ya por los tiempos del Patriarcha Jacob, puesto que como refiere Moyses Genes. 35. v. 20. Erexit titulum super sepulchrum Rachelis, cuyo lugar interpretan los mas de una Inscripción puesta sobre la tumba de Raquel; pero otros porfían, que de hai no se puede sacar nada en cierto.

6 Nacía por fin en Egypto aquella gran lumbrera de toda erudición Moyses por los años del mundo 2433, cuyos escritos del principio del mundo, y leyes divinas ningún piadoso duda que de cierto existen; sin embargo que Satanás por medio de Benito Espinosa, judaizante, y otros semejantes a estos, se atreva a maldecir en contrario. Este se tiene por el mas antiguo de los Escritores, de aquellos digo, de quienes quedan oy monumentos, o los nombres: porque tanto Thales Milesio, como Pherecides, y Pythagoras, Príncipes de la secta Jónica, e Itálica, como también Mercurio Trismegisto, Orpheo, Museo, Lino, Homero, florecieron mucho después de Moyses.
Escritores pues mas antiguos no se refieren, o a lo menos no extan; porque el libro de las guerras del Señor, de quien hace mención Moyses Numer. cap. 21 n. 14 no se halla oy en parte alguna; el libro de los Justos, de quien Josue 10 se embuelve casi con las mesmas dudas. A Moyses sucedía Josue su ilustre discípulo; luego después el muy celebre Colegio de los setenta Ancianos, llamado Sanhedrin, o Synedrio en el siglo posterior, a quienes sucedieron otros Escritores sagrados igualmente, y profanos, por cuyo trabajo cuentan los Rabinos infinitos thesoros de sabiduría, dedicados a la posteridad.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

08 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. II.

3 Si buscamos el origen de las tales Bibliothecas, es cosa antigua, y como piensa Lipsio inventada con las mismas letras: Porque luego que nació el saber, y ser docto, luego también el escrivir. Esto pues no pudo ser con fruto, sino porque los libros se conservassen, y ordenassen para la utilidad de los presentes, y venideros. No nos atrevemos a poner por cierto, por falta de documentos, si por ventura Adán, y los demás cultivadores de la sabiduría, de antes del diluvio, usaron, o no de la escritura, y libros: porque lo que Suidas, y ciertos Rabbinos refieren a cerca del libro, que escrivio Adán sobre los preceptos dados en el huerto de Edén; como también lo que Athanasio Kircher dice de un manuscrito Arabico sobre el primer libro de todos, escrito en 21 pagina, y que contiene preceptos, y tradiciones para las edades venideras; no se fundan en bastante sólido testimonio. Son también dignas de risa las ficciones de Guillermo Postelo sobre las profecías de Eva, copiadas por Raziel, Ángel del primer Padre. Cuenta Epiphanio libro I.. Panarii, haeresi 39 de Sethianis, que los siete libros atribuidos a Seth, hijo de Adán, por los Gnósticos, tiempo ha son supuestos; a quienes por ventura también se deberá aquella obra de Seth, sobre la estrella que ha de aparecer, que cita el Author Operis imperfecti in Matthaeum. Si acaso también debe ponerse en esta classe lo que escrive Josepho libro I de las Antig. Judai. De las colunas de Seth, lo dexamos para que otros lo juzguen.


4 Que Henoch, hijo de Jared, escrivio libros, muchos lo infieren solo porque el Apóstol San Judas parece que los cita en su Carta ver. 14 aunque el afirme que Henoch dixo ciertas cosas, pero no que las escribió. No le falta a esta opinión la authoridad de los Padres, quando Tertuliano De habitu mulierum, Agustino De Civitate Dei, lib. 15 cap. 23. Orígenes hom. 28 in Numer. no tan solo dicen que Henoch escrivio libros, sino que el ultimo refiere el assumpto de los libros. Pero lo cierto es, que ni aquellos assumptos, ni el fragmento de Henoch Griego, que Escaligero, y Kircher producen, convienen a Henoch; tratándose en entrambos de los Gigantes nacidos de la unión, o mezcla de los Ángeles con los hombres, y otras materias absurdas; de cuyo assumpto exta una erudita dissertacion de Calmet tom. 2 p. 470.
Pero aunque no se pueda sacar por claros testimonios, que la escritura, y letras existieron entre los hombres de antes del Diluvio, apenas nos dexa dudar desta cosa la razón; pues como no del todo sin fundamento se atribuya la invención de la Gramática, como, y también de las demás artes, a Adán, ni ocurra otro que sirva mas para la perpetuidad, y pureza de la doctrina dada por Dios a los primeros Padres, y para propagarla a los venideros, que las palabras señaladas en las tablas, letras escritas, y no bolantes, con incertidumbre, sino fixa a pie firme cada una en su lugar, y acomodada a los sentidos de la naturaleza humana; quien negara la invención también destas a Adán? A la verdad el muy docto Caramuel en su Pantographia, S. 139 no duda que los caracteres, que llaman Celestes, fueron inventados por Adán, y lo colige de aquello del Genes. 2. Y llamó Adán con sus nombres a todos los animales; de donde infiere, que si Adán es Author de la Gramática, también lo debió ser de la Orthographia, sin la qual no puede permanecer aquella; Quien pues, dice, creerá que Adán, perfecto en las demás ciencias, ignoró el arte de escrivir, y que no la enseñó a sus hijos?.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.


04 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar y componer una libreria. I

DISSERTACION I.
Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería.

Aristóteles refiere, que se previno por ley entre los Areopagitas, que nadie, quando orasse, usara de exordio. Prudente cosa a la verdad para un Areópago, y negocios civiles; esto es, para que con rodeos largos de palabras no se malgastasse sin fruto el tiempo. A esta ley, como quiera que olvidada entre los Escritores, deseando yo someterme en este assumpto, que emprendí tratar, donde no permite el obgeto adornarse, satisfecho con ser enseñado; omitidas las solemnidades, que se acostumbran disponer de antemano, para templar la embidia, o repeler la mala intención: me llego de repente al mismo assumpto, para tratar primero del origen de las Librerías, excelencia, utilidad, y adornos; luego después para explicar el methodo de ponerlas en buen orden, y la norma para formar el catalogo de los libros, con tal brevedad, y claridad, que no fatigue el animo, y paciencia del letor benévolo. Sea pues el.

S.I.

Del origen de las Librerías, y afición de los Antiguos a formarlas.

Haviendosenos entregado por medio de los libros, y monumentos antiguos, y conducido por una cierta feliz corriente, toda la divina, y humana sabiduría; como estas alhajas pues se acostumbran guardar sobre todo en las Bibliothecas: no sin razón juzgamos, que no debemos aplicar a investigar de mas arriba su nacimiento, y causa; porque assi cuidemos de confirmar, o inflamar a los que presiden las Musas, con el exemplo de los Mayores, en los buenos, y elevados pensamientos.¿Porque que cosa mas digna para nosotros, que frequentamos siempre las Librerías, y manejamos continuamente los libros, que llenar el entendimiento de una noticia, que excite el deseo, inflame el cuidado, e inspire alguna copia de la ciencia literaria? Para que esto se haga con mas facilidad, empiezo desde donde suele el entendimiento del letor prepararse para mejor entender el assumpto missmo de que se trata.

2 Assi primeramente hemos de observar, que por la voz griega Bibliotheca ordinariamente se denota un agregado de libros, o lugar donde se guardan los escritos, o también los armarios, y libros. Y aunque los Latinos con esta misma significación la llamen Libreria, con todo mas en uso esta entenderse por esta voz la Tienda, en que están los libros para venderse, como observa Lipsio. Suelen también dar el nombre de Bibliotheca a muchos títulos de libros unidos en un cuerpo, como son los catálogos, o libros compuestos con abundancia de muchas cosas, como las Bibliothecas de Diodoro, y la de Apolodoro, o muchos Authores recogidos en algún cierto systema, como la Bibliotheca de los antiguos Padres, etc. Con lo que se ha de advertir, que los Escritores del siglo baxo llaman alguna vez con el nombre de Bibliotheca el antiguo, y nuevo Testamento. Assi como lo refiere Ducangio, el cuerpo de los libros sagrados, que traduxo San Gerónimo, se dice la Bibliotheca de San Gerónimo. Antiguamente también fueron las Librerías engrandecidas con el renombre de Archivos; en los tiempos mas inmediatos los apellidavan Chartarium, y Grammatophylacium; entre los Griegos igualmente se decían Museos, Atheneos, y Athenaicos, o como quiere el emendador Salmasio, Athenicas, cuya voz observa Pedro de Marca, en su dissertacion sobre el Concilio de Clermont, S. 105. que la tomó Trebelio para significar la Librería publica. Visible era la Bibliotheca de los esclavos de Calvisio Sabino, de la cual Seneca epist. 27. Pero no son tan necios los que adornan con este titulo sus colecciones de varios Escritores, como la Bibliotheca predicable de Vicente Houdru. Apartando nosotros esta multitud de nombres, entendemos por Bibliotheca una Oficina de todo genero de erudición, o lugar donde se deposita una muchedumbre de libros de cada genero.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.