05 diciembre, 2011

Que razón tenía Ruskin

"Todos los libros pueden dividirse en dos clases; libros del momento y libros de todo momento"
John Ruskin*


*John Ruskin (Londres 1819 - Brantwood 1900) fue un escritor, crítico de arte y sociólogo británico, uno de los grandes maestros de la prosa inglesa.

17 noviembre, 2011

Siguiendo con la censura. Metternich.

Klemens Wenzel Nepomuk Lothar von Metternich (1773-1859)



Siguiendo con la censura y los censores, un plan similar al de Leibniz fue trazado por el canciller austriaco Metternich, el protector y promotor de todos los movimientos reaccionarios de Europa en la primera mitad del siglo XIX.
Aspiraba a la organización centralizada de todo el comercio librero alemán, bajo el estricto control del gobierno, con el fin de “quebrantar el ilimitado poder de los libreros, que dirigen la opinión publica alemana.”
El plan de Metternich fue empezado a poner en practica aquel mismo año, 1819, cuando los edictos de la censura de Karlsbad intentaron ahogar el movimiento liberal alemán imponiendo la censura preventiva a todos los panfletos políticos de menos de 320 paginas. Impresores y editores contrarrestaron con notable éxito esta medida, empleando el menor formato posible, los tipos mas grandes que podían encontrar, y otros trucos que una lucha centenaria con la censura le había enseñado a emplear.

16 noviembre, 2011

Leibniz, censor....

Gottfried Wilhelm Leibniz, a veces von Leibniz (Leipzig, 1 de julio de 1646 - Hannover, 14 de noviembre de 1716) fue un filósofo, matemático, jurista, bibliotecario y político alemán.

La censura es sólo un aspecto de la aspiración por el control y la uniformidad que nunca (bueno, casi nunca) está ausente de los departamentos gubernamentales.
Esta encontró un defensor inesperado en G.W. von Leibniz, uno de los filósofos y científicos políticos mas ilustrados de su época.
Leibniz concibió una “reforma” del comercio librero alemán que, a fin de cuentas, hubiese hecho de autores, editores y libreros auténticos empleados del Estado (1668-1669). Reglas y regulaciones, en lugar de intentos y errores, instrucción en lugar de inspiración debían ser, según él, los principios fundamentales de la literatura. “Nada deberá imprimirse”, decía una de las secciones, “sin previo asesoramiento acerca de que nuevo conocimiento ha aportado el autor en beneficio de la comunidad.”


15 noviembre, 2011

De Imitatione Christi. El Kempis.





El primer libro impreso que merece la calificación de best-seller (y que rápidamente se convirtió también en un steady-seller, es decir, un libro que se vende siempre con regularidad) fue la obra de (*)Thomas de Kempis. (**)De imitatione Christi.


Dos años después de la muerte de su autor (1471), Günther Zainer de Augsburgo imprimía la editio princeps, y antes de que acabara el siglo, 99 ediciones habían salido de las prensas, incluyendo traducciones, de las cuales, una francesa, impresa por Heinrich Mayer en Tolouse en 1488, y una italiana impresa por Miscomini en Florencia en 1491, fueron las primeras.


La edición completa de los escritos de Kempis que Hochfelder publicó en Nuremberg en 1494 obtuvo menos éxito, pero la Imitación ha seguido siendo el libro mas leído después de la Biblia. Mas de 3000 ediciones se han podido catalogar, y se lo consideró digno de ser la primera publicación de la Imprimerie Royale (Paris, 1640), así como de ser incluido en los populares Clásicos Penguin.

Steinberg, Sigfrid Henry
500 años de imprenta / S.H. Steinberg ; traducción de Raimundo Portella
Barcelona : Zeus, 1963
379 p., [6] f. pleg. : il. ; 21 cm


(*)El beato Tomás Hemerken (Tomás de Kempis), O.S.A. (Kempen, 1380-Zwolle, 30 de agosto de 1471)
Muy joven entro en la comunidad del Monasterio de los Canónigos Regulares de San Agustín de Windesheim (1399). Vivió fervorosamente la vida simple, equilibrada, ordenada, devota de los canónigos regulares, vida eminentemente contemplativa. Gran parte del tiempo lo dedicaba como copista de manuscritos. Fue un hombre muy humilde que vivió su larga vida (90 años) entre el estudio, la oración y las obras de caridad.
Tomás pertenece plenamente a la escuela de la llamada Devotio moderna, y es, sin duda, su principal representante.


(**) Esta obra esta compuesta por cuatro opúsculos teóricamente independientes entre si, agrupados bajo ese titulo un tanto genérico, constituye, en ultimo análisis, una velada, recatada, indirecta, autobiografía intima de su autor, es la exposición de sus experiencias personales traducidas a un lenguaje doctrinal.

De esta obra se ha afirmado: “Es el mas hermoso libro salido de la mano de un hombre.”

14 noviembre, 2011

Escucho con los ojos.





"Retirado en la paz de estos desiertos,

con pocos, pero doctos, libros juntos,

vivo en conversación con los difuntos

y escucho con los ojos a los muertos."


Francisco de Quevedo

11 noviembre, 2011

Modesto, como siempre el Sr. Wilde.




"Nunca viajo sin mi diario. Hay que tener siempre algo sensacional para leer en el tren."

Oscar Wilde

10 noviembre, 2011

Pensaba el Conde Dossi que...


"Un libro que no es digno de ser leído por segunda vez no lo es tampoco de ser leído por primera vez."

Carlo Alberto Pisani Dossi (1849-1910)

07 noviembre, 2011

Terenciano Mauro decía....



"También los libros pequeños tienen un destino."
Terenciano Mauro.


Poeta y gramático latino de los siglos II - III d. C.



Muy poco se sabe sobre él. Era deMauritania y compuso un manual en verso sobre prosodia y métrica con el título De litteris, syllabis, pedibus, metris' ("Sobre las letras, sílabas y metros") aplicado sobre todo a ejemplos de Horacio; el autor cambia de metro cada vez que trata de un verso o estrofa diferente. Olvidada esta obra durante los siglos oscuros, fue redescubierta en 1493 y perdida otra vez después de que su texto se imprimiera en 1497 en Milán por primera vez. Acaso la edición más famosa es la de Simon de Colines, en 1531. Una edición moderna es De litteris, de syllabis, de metris: introduzione, testo critico e traduzione italiana al cuidado de Chiara Cignolo, Hildesheim: Olms, 2002.
En esta obra aparece por primera vez un adagio que hizo fortuna: Habent sua fata libelli: "Tienen su propio destino los libros". El texto original es: Pro captu lectoris habent sua fata libelli: "De la capacidad del lector depende el destino de los libros".
Wikipedia.

04 noviembre, 2011

Reflexión de un Librero y editor.

“Lo poco que me enseñaron en la escuela, fue tan mal enseñado y tan mal aprendido, que lo olvidé pronto, pues estaba prendido con alfileres; todo lo poco o mucho que sé, aprendido ha sido ejerciendo, con entera satisfacción, las mas honrosa que lucrativa profesión de librero; ésta mas de medio siglo ya, y treinta y tres años la de editor, y siempre independiente nominal, pues la independencia absoluta del hombre es un ideal imposible de realizar, traté de enaltecerlas poniendo el honor del oficio por encima de perspectivas de medro personal....”

F. Beltrán
Conferencia leída en la Cámara Oficial del Libro, de Madrid, el día 20 de octubre de 1931.

18 octubre, 2011

Decia Emerson...





“Los proverbios, al igual que los libros sagrados de cada nación, son el santuario de las intuiciones.”
R.W. Emerson.

17 octubre, 2011

Según Chesterton una buena novela...

“Una buena novela nos dice la verdad sobre sus protagonistas; una mala nos dice la verdad sobre su autor.”
Gilbert K. Chesterton.

14 octubre, 2011

Pensamiento de Julian Huxley



(22 de junio de 1887 – 14 de febrero de 1975)



Primero por lo que ha dicho, pero sobre todo por lo que ha escrito, el hombre ha sido capaz, en cierta medida, de trascender la muerte. Una parte esencial del individuo vive en la tradición y en los libros, y así puede influir en las mentes y las acciones de otras personas de diferentes lugares y distintas épocas.
Un renglón de manchitas negras sobre una pagina puede conmover a un ser humano hasta las lagrimas, aunque los huesos de quien lo escribió se hayan convertido en polvo hace mucho tiempo.

Julián Huxley

13 octubre, 2011

Según Harry Golden...

Harry Lewis Golden (May 6, 1902–October 2, 1981)


"Los dictadores temen tanto a los libros como a los cañones."
Harry Golden

11 octubre, 2011

Cita de Thomas Fuller.

Thomas Fuller, (1608 - † 16 de agosto de 1661)


"La cultura ha ganado con aquellos libros con los que los editores han perdido."

Th. Fuller

10 octubre, 2011

Decía Azorín....




"La lectura no es lo mismo a los veinte años que a los sesenta. El joven lo lee todo. El anciano no lee sino lo que lee. El joven lo lee todo y de todo aprovecha poco. El anciano lee poco y de lo poco lo aprovecha todo. Con la edad las lecturas se van reduciendo. Decía un filosofo que lo grave es saber no lo que se ha de leer, sino lo que "no" ha de ser leído. El viejo sabe -cuando es docto- lo que no ha de leerse."


Azorín

29 septiembre, 2011

Cita de Jonathan Swift

Jonathan Swift (Dublin. 30 de noviembre de 1667- íd., 19 de octubre de 1745) fue un escritor satírico irlandés





"Estimo tanto los libros que me los figuro vivientes, y que, al leerlos, converso con ellos."

Swift.




05 septiembre, 2011

De los adornos, e Inscripciones de las Bibliothecas. I.

DISSERTACION I.
S. V
De los adornos, e Inscripciones de las Bibliothecas

1 Por lo que pertenece al lugar donde se ponen los libros, Lipsio, y Conringio en su Carta no despreciable a Boineburgio, tratan mucho del cuidado, y adorno de los antiguos; pero ninguno cumplió con esto mas puntualmente, que lo ha executado Christiano Gottlieb Schwarzcio. La principal hermosura, y amenidad de las Bibliothecas me parece que consiste, parte en la vistosa fabrica del mismo lugar, anchura, limpieza, magnificencia, vecindad de algún vergel, o huerto, facilidad de vista, gusto, y otras cosas, que causan la comodidad, o delicia del sitio: parte en la misma interior composición de las arcas, y gavetas, caxones, alhacenas, atriles, mesas, y repuestos, artificiosa, y ordenada de modo, que halague los ojos de los que las ven, cebe, y detenga con la disposición de cada una de las cosas. Pero de la manera que la pompa a los ojos cegajosos, assimismo gusta mas a los entendimientos sabios un aparato de libros, compuesto con decente moderación. La joven que no lleva olores huele bien.

Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquín Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

02 agosto, 2011

Que se ha de observar quando se frequenta una Bibliotheca.

Methodo Apodemico para la ilustre juventud.


XIII [...] Quando pues en el camino se os concediere la entrada de alguna Bibliotheca, pondréis atención lo primero en su disposición, y orden. Después correréis, guiándoos el Bibliothecario, aunque de passo no mas, las cosas mas memorables, y singulares. Pero con mas atención veréis los manuscritos, de los quales pediréis para vosotros un catalogo, de donde elegir los mejores, y estos les examinareis por su antigüedad, adorno, veracidad, y otras reglas, notando bien cada una destas cosas, por ser los manuscritos de no poca entidad en assumpto de las letras : pues por obra suya se nos ha derivado con cierto feliz conducto toda la humana, y divina sabiduría. Registrados estos libros de mano, passareis a las demás alhajas, monedas, antigüedades, lo perteneciente a piedras, y otras cosas mas raras, en las quales os detendréis según el merito del assumpto, y copiareis lo mejor con la buena licencia del Bibliothecario con limpieza, y cuidado en los apuntamientos. Passareis después a registrar con una poca mas de atención los libros, de quienes pediréis se os muestren de todos los mas raros, y dexareis en los cartapacio lo mas digno de notar. Pero ponga entre los primeros avisos, el que contraigáis una estrecha amistad con un varón erudito, que tenga la mas exacta noticia en materia de letras, y tener sabidos los arcanos de la Librería. Hallareis a la verdad algunos semejantes por fortuna a los Grifos, una cruel casta de fieras de la Scythia, que , testigo Mela : Aman con assombro los tesoros, y con assombro les guardan, y se buelven contra los que los tocan. Pero los verdaderos doctos, que tienen juntamente unida la piedad a la erudición, están muy apartados desta embidia; antes gustan, y reputan por gloria suya el poder servir a los otros con sus libros. Conviene pues en gran manera buscarlos, consultarles. Pero en este assumpto aprovechará muchísimo leer el tratado de Baudelot de Dervall de utilidad de los viages, impresso en Paris año 1686, en 12 con el titulo : Tratado de la utilidad de los viages, y de la ventaja que procura a los sabios la investigación de las antigüedades.

Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquín Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

01 agosto, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. VII y fin.

13 Cosa llana me seria manifestar, que esto mismo se practico en otras partes, y en especial en los Monasterios en donde florecía el mayor fervor de la disciplina regular; en los quales ya se instruía con cuidado la estudiosa mocedad en las buenas artes, ya se ivan recogiendo de día en día libros de todos géneros, ya también havia muchos Antiquarios; a saber, copiadores de libros, ya por fin Escritores eruditissimos, que en ilustrar ante todo la Sagrada Escritura, manifestaron ser tan incansables, que parece ganaron la victoria a los otros. Esto no lo publicare yo sin vanidad, sino el muy justo, y no corrompido Juez por pasión de ninguna de las partes del R. P. Domingo Musancio, Theologo de la Compañía de Jesús, el qual en su Fax Chronologica, maravillado muchas veces de nuestros estudios, con ingenuidad confiessa: Que en mil años no se publicaran tan copiosos, y útiles libros, como se han publicado ya por la Orden de S. Benito; y por esto apenas se puede escrivir, y decir alguna cosa en esta nuestra edad, que no haya sido escrita abundantemente, o dicha por los nuestros. A cuyo fin quisiera que se entendiesse aquello que leemos en Salustio, que en rigor dice: Que Carthago no necesita de elogios, siendo ella el elogio de si misma. Ciertamente, que si la misma Theologia, tanto Positiva, como Escolástica, si las demás ciencias de todo genero tuvieran entendimiento, o lengua, o voz; unánimes, y muy agradecidas publicarían, que deven a la propagación Benedictina, o el nacimiento, y cuna, o el aumento, y esplendor, o la beneficiosa restauración, y reciénnacido vigor, que havian perdido.

14 A cada passo también veras ensalzados con grandes elogios los continuos trabajos de los mayores para eregir, y aumentar las Bibliothecas, los ojos vigilantes por todas tierras, los incansables estudios, que no quiero repetir aquí para enfado; pues aun lo hacen patente tantas celebres Bibliothecas, a saber, las de Lerins, la del Monasterio mayor cerca de Turs, de Monte Casino, de San German de Pratis, de Bobio, Luxevil, aquella de las dos Corweias, vieja, y nueva, la de San Remigio de Rems , la de Fuldaen Buchen, la de San Gal en los Cantones, de San Blas en la Selva Negra, la Lascense en la campaña de Treveris, la de Sponheimens antiguamente en los Cynonotos, la de Einsidle, la de Kempten, de San Emmeran en Ratisbona, de San Pedro de Salisburg, la Cremisanense, de Melck, y Gottwicense en Austria, la Brzenoviense de Santa Margarita en Bohemia, la del Monte de San Martín en Ungria y otras.

15 Conviene también la universal Republica de los Literatos, en que se debe mucho a los Monges de la Sagrada Familia de los Benedictinos, por havernos conservado hasta ahora con su continuo cuidado los volúmenes de los antiguos Escritores: Porque casi nada, dice Mabillon, o a lo menos quedaría muy poco salvo de la antigüedad, sea sagrada, o profana, sin la singular industria, y trabajo dellos. Y para salirme brevemente desto, la Abadía de Corweia, la nueva en Saxonia, fue la que nos conservo los cinco primeros libros de los Anales de Tácito, como atestigua Meibomio en el proemio a la tercera edición de Witichindo. Assimismo, quitada toda la esperanza de recobrarle mas, huvieramos perdido del todo el preciosissimo monumento de Lactancio sobre la muerte de los perseguidores, que poco tiempo ha fue sacado a luz por el diligente cuidado del eruditissimo Baluzio; si no se huviesse guardado entre las reliquias del Monasterio de Moyssach en Cahors. Assi también descubrimos nosotros ahora poco ha, en la Abadía Lacense en los Eufalos, la obra, perdida mucho tiempo, de las moralidades sobre Job, de Haderico discípulo de Gregorio Magno. Nadie ignora, que se conservan en nuestras Bibliothecas muchas semejantes alhajas de la venerable antigüedad, las quales ojala saquen a luz en algún tiempo sus doctissimos posseedores, que harían a la verdad una cosa muy agradable al orbe erudito, y la mayor conveniencia para su gloria. Pero de esto en su lugar, ahora es mi animo proseguir el hilo.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

29 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. VI.

11 Pero acercándonos mas a nuestro assumpto, la copia en verdad de volúmenes en todo genero, y las excelentes Bibliothecas, con que se señalavan antiguamente nuestros Monasterios, nos subministran un fuerte argumento de la industria de los Mayores, y excelente exemplo de aplicación, digna de imitarse. El ordenar aquí las historias de todas estas, y dar un Catalogo tan solo de las mas sobresalientes, seria obra quizá de un superfluo, y mas prolixo trabajo. Ello consta, que el P. San Benito estableció en su regla, que al principio de la Quaresma cada uno tomasse de la Librería su libro, y los leyessen de nuevo. Pero siendo muy copioso el numero de los Monges, si a cada uno se distribuía un libro, y quedavan aun muchos precisos para componer la Bibliotheca, con razón se puede inferir aquí, que no era corto el numero de ellos. Pues si esto sin duda se comprueba de los primitivos Monasterios, lo mismo con mayor derecho se podrá decir de aquellos, que fueron fundados después; lo que en realidad se podrá fuertemente confirmar, en especial por el puntual, y continuo cuidado de copiar los libros, maltratados por la sobrada antigüedad, puesto que este era el único trabajo a que se aplicavan los Monges mas de ordinario, como manifiesta muy bien Mabillon en su precioso tratado de Studiis Monasticis, cap. 6. Hesteno in Disq. Monast. Henr. Petreo de Monast. Germ. p.4.

12 Con quanto cuidado, también solicitud, e industria, los que exercieron el cargo como buenos Prelados, se aplicaren a fomentar las enseñanzas de las buenas artes, y a eregir, y enriquecer las Bibliothecas de los Monasterios, se pudiera demonstrar con exemplos casi inumerables. Baste uno por mil. S. Benito Biscopio, Abad primero de Canterbury, después de Wiremath, y de Girwic en Inglaterra, eminente en doctrina, y santidad en el siglo 7, que haviendo partido cinco veces para Roma, otras tantas transporto de allí una inumerable copia de libros de todo genero, y compuso con ellos una excelente, y escogidissima Librería en el Monasterio Wiremuthense a quien presidía; adoleciendo de la ultima enfermedad exortó muy de veras a sus discípulos, para que con todo cuidado la conservassen, y precabiessen, no sucediesse, que por su propia negligencia se acabassen, o perdiessen algunos de los libros, como mas difussamente lo cuenta el Escritor de su vida, y discípulo el Venerable Beda. Añade Jepesio, que siendo el hombre sin letras un Microcosmo en realidad, o un pequeño Mundo, pero sin sol, para que pudiesse aprovechar, tanto a la Juventud, como a la Republica, Biscopio abrió juntamente con Geolfrido Escuelas en su Monasterio, donde exercieron también con puntualidad ellos mismos el ministerio de enseñar. De aquí salio aquella gran lumbrera de la Iglesia el Venerable Beda.

Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

25 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. V.

9 No sirve traer aquí las Bibliothecas Alexandrina de Ptolomeo Philadelpho, las Griegas de Pisistrato, y Aristóteles, y las Bizantinas, Attalicas, y Romanas de Asinio Pollion, Augusto, Tiberio, Trajano, y de otros antiguos, tanto privadas, como publicas, basta el hacer memoria, según el libro que escrivio Onuphrio Pancevino de la Bibliotheca Vaticana, que el Papa Hilario, primero deste nombre, fundo dos en Roma junto a la fuente Lateranense, a fin de conservar en ellas, para el uso publico de los Christianos, los escritos de la Iglesia Romana, y las Epístolas Decretales de los Romanos Pontífices, las Actas de los Concilios, retractaciones de los hereges, y libros de los antiguos Padres; en un tiempo en que con grande dificultad se hallavan libros, por la escasez, y falta de escrivientes. A la verdad, dice Lipsio, el juntar muchos libros en aquella edad no era cosa para un hombre, o hacienda privada, siendo tardía, y costosa la copia, hasta que esta muy útil arte de la Imprenta introduxo el atajo. La Vaticana pues, que saca oy su eminente cabeza entre todas las demás Bibliothecas de la Europa, reconoce por restauradores a Nicolao V, Sixto IV y V creció en especial con los despojos de la Heildeberga, Spanehim, y de Fulvio Ursino.

10 En vano será continuar en hacer mención aquí de las demás Naciones, que han parecido dignas de la mayor admiración por las Bibliothecas eregidas para usos públicos, porque quien no conocerá, y alabará el singular cuidado, y puntualidad en este assumpto de los Franceses, Italianos, Españoles, Ingleses, Olandeses? Pero si se han de repetir exemplos de las cosas bien ordenadas en la patria, los Alemanes, dice Hecthio Germ. Sacr. P. 187 desde que las Musas pusieron su habitación, y assiento en estas tierras, entendían que estos eran los medios, por los quales podían defenderse del olvido, y por ello abrían con tiempo Bibliothecas, y trahidos libros a la patria, con grandes gastos de los Lugares vecinos, y apartados, las aumentavan en especial los Prefectos de los Monasterios, que por quanto precedían a las Musas, sabiamente juzgavan, que les pertenecía también este cuidado. Pareceré cansado, si quiero contar tan solo las mas sobresalientes dedicadas para usos públicos. En Viena se ven tres, la principal la Cesárea, la Windbagiana, y la Schwindiana. En Enipont son muy nombradas dos, la Ambrosiana, y la Archiducal nueva. La que esta en Munich se distingue por el numero de los libros, y por lo selecto. Callo las de Berlín, Dresde, Hanover, Gotha, Norimberga, Lipsia, Hal, Francfort, etc. las quales assi como hicieron mas celebres las ciudades, y universidades donde existen, las bolvieron tamicen mucho mas frequentadas por el concurso de los Eruditos.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

22 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. IV

7 Y assi destos monumentos literarios, cada qual por su particular cuidado, se componía la Bibliotheca para si, y los suyos; luego después los Sumos Sacerdotes, y depositarios de los actos públicos; y finalmente los Reyes, y Principales Señores tomaron el cargo de fundar Librerías. Y a la verdad la primera, y mas antigua ocasión para recoger libros, parece que nació dela Colección, y conservación de los actos públicos, que se debían guardar en algún cierto lugar. Pues como se interesasse el publico en que se conservara la memoria de las cosas sucedidas, con mayor cuidado se aplicaron después a esto los Cultivadores de la antigua Sabiduría. Entre los Egypcios se daba el encargo a los Sacerdotes de ponerlo todo por escrito. Entre los Tyrios, como atestigua Josepho, los Archivos, donde estavan escondidos los papeles de los sucessos mas principales del País, los guardavan religiosamente los Sacerdotes. Lo mismo también se hacia entre los Chaldeos; y aun entre los mismos Hebreos, como refiere Josepho Libro I contra Apion. Y Martín cuenta, lib. I que el principal, y casi único cuidado entre los Chinos fue este. Ni tuvieron otra cosa mas deseada los Pueblos bien formados, que tener libres y seguras las Escuelas, y Librerías para enseñar la juventud, como manifiesta Calmet en una especial Dissertacion de las Escuelas de los Hebreos, pag. 571.

8 Nos abstenemos aquí de traer exemplos de otras Naciones: ya en su tiempo se quexava Salomón de que no havia modo, ni fin alguno en escrivir libros. El mismo escrivió muchissimos, trabajo muchissimos, y es muy verosímil, que, entre los monumentos de su magnificencia, dexo una Bibliotheca compuesta a expensas Reales. Osimanduas también, Rey de Egypto, entre otras acciones ilustres, compuso una grande Bibliotheca, en cuya frente puso escrito: Saludable Oficina del alma, como refiere Diodoro. Pues aunque no hallemos que huviesse Bibliothecas entre los Hebreos anta de Nehemias, se deben con todo tener en lugar destas los Anales de los Reyes Judaicos, e Israel, de los quales se hace tan corta mención en los libros de los Reyes, y Paralipomenon. Quien negara que Esdras, que emendo, y recogió la mayor parte de los libros historiales de la Sagrada Escritura, no abundasse en realidad de muchos monumentos, Anales, y otras obras, quando los libros, principalmente del Paralipomenon, los acuerden? A lo menos consta clarissimamente del II de los Machabeos cap. 2 que Nehemias, poniendo Esdras su fiel aplicación, formo una Bibliotheca en Jerusalén. Judas Machabeo suplió los que havian faltado con la guerra de Antiocho Epiphanes, o perecido del todo: ni hay duda que entre los Judíos existieron siempre después algunas Bibliothecas, destinadas para conservar ante todo el deposito de la doctrina celestial.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes

19 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. III.

5 Como quiera que sobresalga esto en medio de la razón, a muchos les parece mas verosímil que empezaron los libros primero a usarse después del Diluvio; ni con todo contra bastante del tiempo. Cassiano pues afirma de Cham, hijo de Noé, que aprendió de los descendientes de Caín las artes mágicas, y supersticiosas, y no atreviéndose a poner en el arca de su Santo Padre libros de tales cosas, esculpió estas ficciones profanas en laminas de hierro, y piedras durísimas, y las recogió todas después del diluvio con diligencia, y las transpasó a la posteridad. Pero juzgan los mas eruditos, que todo esto se ha de poner entre las hablillas, sin embargo que el Author del libro Recognitionum, falsamente atribuido a San Clemente Romano, diga también, que Cham dexó a sus descendientes libros, Corre oy día el libro Sepher Jezirach atribuido a Abraham, o el intitulado Liber informationum, que insertó también entre sus Escritores del arte Cabalístico Juan Pistorio Nidano; pero aunque le huviese sacado otro, que no fuesse el patrañero Postelo, con el estilo sin embargo, y su contenido descubriría la mentira. Si la historia de Job debe contarse entre esto, se duda, ni esta bastante contestado entre los eruditos, si acaso el mismo, u otro por ventura sea el author del libro, que corre en su nombre. Es verosímil que el arte de escrivir estuvo en uso ya por los tiempos del Patriarcha Jacob, puesto que como refiere Moyses Genes. 35. v. 20. Erexit titulum super sepulchrum Rachelis, cuyo lugar interpretan los mas de una Inscripción puesta sobre la tumba de Raquel; pero otros porfían, que de hai no se puede sacar nada en cierto.

6 Nacía por fin en Egypto aquella gran lumbrera de toda erudición Moyses por los años del mundo 2433, cuyos escritos del principio del mundo, y leyes divinas ningún piadoso duda que de cierto existen; sin embargo que Satanás por medio de Benito Espinosa, judaizante, y otros semejantes a estos, se atreva a maldecir en contrario. Este se tiene por el mas antiguo de los Escritores, de aquellos digo, de quienes quedan oy monumentos, o los nombres: porque tanto Thales Milesio, como Pherecides, y Pythagoras, Príncipes de la secta Jónica, e Itálica, como también Mercurio Trismegisto, Orpheo, Museo, Lino, Homero, florecieron mucho después de Moyses.
Escritores pues mas antiguos no se refieren, o a lo menos no extan; porque el libro de las guerras del Señor, de quien hace mención Moyses Numer. cap. 21 n. 14 no se halla oy en parte alguna; el libro de los Justos, de quien Josue 10 se embuelve casi con las mesmas dudas. A Moyses sucedía Josue su ilustre discípulo; luego después el muy celebre Colegio de los setenta Ancianos, llamado Sanhedrin, o Synedrio en el siglo posterior, a quienes sucedieron otros Escritores sagrados igualmente, y profanos, por cuyo trabajo cuentan los Rabinos infinitos thesoros de sabiduría, dedicados a la posteridad.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

08 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería. II.

3 Si buscamos el origen de las tales Bibliothecas, es cosa antigua, y como piensa Lipsio inventada con las mismas letras: Porque luego que nació el saber, y ser docto, luego también el escrivir. Esto pues no pudo ser con fruto, sino porque los libros se conservassen, y ordenassen para la utilidad de los presentes, y venideros. No nos atrevemos a poner por cierto, por falta de documentos, si por ventura Adán, y los demás cultivadores de la sabiduría, de antes del diluvio, usaron, o no de la escritura, y libros: porque lo que Suidas, y ciertos Rabbinos refieren a cerca del libro, que escrivio Adán sobre los preceptos dados en el huerto de Edén; como también lo que Athanasio Kircher dice de un manuscrito Arabico sobre el primer libro de todos, escrito en 21 pagina, y que contiene preceptos, y tradiciones para las edades venideras; no se fundan en bastante sólido testimonio. Son también dignas de risa las ficciones de Guillermo Postelo sobre las profecías de Eva, copiadas por Raziel, Ángel del primer Padre. Cuenta Epiphanio libro I.. Panarii, haeresi 39 de Sethianis, que los siete libros atribuidos a Seth, hijo de Adán, por los Gnósticos, tiempo ha son supuestos; a quienes por ventura también se deberá aquella obra de Seth, sobre la estrella que ha de aparecer, que cita el Author Operis imperfecti in Matthaeum. Si acaso también debe ponerse en esta classe lo que escrive Josepho libro I de las Antig. Judai. De las colunas de Seth, lo dexamos para que otros lo juzguen.


4 Que Henoch, hijo de Jared, escrivio libros, muchos lo infieren solo porque el Apóstol San Judas parece que los cita en su Carta ver. 14 aunque el afirme que Henoch dixo ciertas cosas, pero no que las escribió. No le falta a esta opinión la authoridad de los Padres, quando Tertuliano De habitu mulierum, Agustino De Civitate Dei, lib. 15 cap. 23. Orígenes hom. 28 in Numer. no tan solo dicen que Henoch escrivio libros, sino que el ultimo refiere el assumpto de los libros. Pero lo cierto es, que ni aquellos assumptos, ni el fragmento de Henoch Griego, que Escaligero, y Kircher producen, convienen a Henoch; tratándose en entrambos de los Gigantes nacidos de la unión, o mezcla de los Ángeles con los hombres, y otras materias absurdas; de cuyo assumpto exta una erudita dissertacion de Calmet tom. 2 p. 470.
Pero aunque no se pueda sacar por claros testimonios, que la escritura, y letras existieron entre los hombres de antes del Diluvio, apenas nos dexa dudar desta cosa la razón; pues como no del todo sin fundamento se atribuya la invención de la Gramática, como, y también de las demás artes, a Adán, ni ocurra otro que sirva mas para la perpetuidad, y pureza de la doctrina dada por Dios a los primeros Padres, y para propagarla a los venideros, que las palabras señaladas en las tablas, letras escritas, y no bolantes, con incertidumbre, sino fixa a pie firme cada una en su lugar, y acomodada a los sentidos de la naturaleza humana; quien negara la invención también destas a Adán? A la verdad el muy docto Caramuel en su Pantographia, S. 139 no duda que los caracteres, que llaman Celestes, fueron inventados por Adán, y lo colige de aquello del Genes. 2. Y llamó Adán con sus nombres a todos los animales; de donde infiere, que si Adán es Author de la Gramática, también lo debió ser de la Orthographia, sin la qual no puede permanecer aquella; Quien pues, dice, creerá que Adán, perfecto en las demás ciencias, ignoró el arte de escrivir, y que no la enseñó a sus hijos?.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.


04 julio, 2011

Sobre el modo de ordenar y componer una libreria. I

DISSERTACION I.
Sobre el modo de ordenar, y componer una Librería.

Aristóteles refiere, que se previno por ley entre los Areopagitas, que nadie, quando orasse, usara de exordio. Prudente cosa a la verdad para un Areópago, y negocios civiles; esto es, para que con rodeos largos de palabras no se malgastasse sin fruto el tiempo. A esta ley, como quiera que olvidada entre los Escritores, deseando yo someterme en este assumpto, que emprendí tratar, donde no permite el obgeto adornarse, satisfecho con ser enseñado; omitidas las solemnidades, que se acostumbran disponer de antemano, para templar la embidia, o repeler la mala intención: me llego de repente al mismo assumpto, para tratar primero del origen de las Librerías, excelencia, utilidad, y adornos; luego después para explicar el methodo de ponerlas en buen orden, y la norma para formar el catalogo de los libros, con tal brevedad, y claridad, que no fatigue el animo, y paciencia del letor benévolo. Sea pues el.

S.I.

Del origen de las Librerías, y afición de los Antiguos a formarlas.

Haviendosenos entregado por medio de los libros, y monumentos antiguos, y conducido por una cierta feliz corriente, toda la divina, y humana sabiduría; como estas alhajas pues se acostumbran guardar sobre todo en las Bibliothecas: no sin razón juzgamos, que no debemos aplicar a investigar de mas arriba su nacimiento, y causa; porque assi cuidemos de confirmar, o inflamar a los que presiden las Musas, con el exemplo de los Mayores, en los buenos, y elevados pensamientos.¿Porque que cosa mas digna para nosotros, que frequentamos siempre las Librerías, y manejamos continuamente los libros, que llenar el entendimiento de una noticia, que excite el deseo, inflame el cuidado, e inspire alguna copia de la ciencia literaria? Para que esto se haga con mas facilidad, empiezo desde donde suele el entendimiento del letor prepararse para mejor entender el assumpto missmo de que se trata.

2 Assi primeramente hemos de observar, que por la voz griega Bibliotheca ordinariamente se denota un agregado de libros, o lugar donde se guardan los escritos, o también los armarios, y libros. Y aunque los Latinos con esta misma significación la llamen Libreria, con todo mas en uso esta entenderse por esta voz la Tienda, en que están los libros para venderse, como observa Lipsio. Suelen también dar el nombre de Bibliotheca a muchos títulos de libros unidos en un cuerpo, como son los catálogos, o libros compuestos con abundancia de muchas cosas, como las Bibliothecas de Diodoro, y la de Apolodoro, o muchos Authores recogidos en algún cierto systema, como la Bibliotheca de los antiguos Padres, etc. Con lo que se ha de advertir, que los Escritores del siglo baxo llaman alguna vez con el nombre de Bibliotheca el antiguo, y nuevo Testamento. Assi como lo refiere Ducangio, el cuerpo de los libros sagrados, que traduxo San Gerónimo, se dice la Bibliotheca de San Gerónimo. Antiguamente también fueron las Librerías engrandecidas con el renombre de Archivos; en los tiempos mas inmediatos los apellidavan Chartarium, y Grammatophylacium; entre los Griegos igualmente se decían Museos, Atheneos, y Athenaicos, o como quiere el emendador Salmasio, Athenicas, cuya voz observa Pedro de Marca, en su dissertacion sobre el Concilio de Clermont, S. 105. que la tomó Trebelio para significar la Librería publica. Visible era la Bibliotheca de los esclavos de Calvisio Sabino, de la cual Seneca epist. 27. Pero no son tan necios los que adornan con este titulo sus colecciones de varios Escritores, como la Bibliotheca predicable de Vicente Houdru. Apartando nosotros esta multitud de nombres, entendemos por Bibliotheca una Oficina de todo genero de erudición, o lugar donde se deposita una muchedumbre de libros de cada genero.


Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.

18 junio, 2011

Cita de Séneca

"No importa que cantidad de libros tienes, lo que importa es su calidad."
Séneca

10 junio, 2011

La Imprenta Griega y Hebrea


Cuando, hacia 1490, Aldus Manutius decidió basar su negocio en la edición de autores griegos, su primer problema fue la creación de un juego de tipos griegos. La frecuente aparición de palabras griegas en la correspondencia de Cicerón había obligado desde el principio a los impresores a añadir letras griegas a sus cajas, como hicieron Peter Shöffer y Sweynheym y Pannartz en fecha tan remota como 1465. Generalmente empleaban caracteres latinos para todas aquellas letras que son idénticas en apariencia en ambas lenguas, tales como, A, B, E, H, O, P, C, T, X, Y, y solo tenían tipos especiales para letras específicamente griegas. Jenson, en 1471, empleó un tipo griego tan noble como su tipo romano. El primer libro impreso enteramente en griego fue la obra de Constantine Lascaris EPOTHMATA, una gramática griega que se publico en Milán en 1476; y Milán siguió siendo durante un tiempo el principal centro de las ediciones en griego. Demetrius Chalcondylas de Creta, que había escrito (en latín) el prefacio al libro de Lascaris, preparó personalmente el texto del primer libro de Homero impreso en griego; dedicado a Lorenzo de Medicis, fue publicado en dos volúmenes in folio, en Florencia, en 1488-1489. Antes de esta fecha, Erhard Ratdolt ya había incluido todo un juego de letras griegas en su hoja muestrario de 1486. Yodos estos diseñadores primitivos intentaron desarrollar un tipo griego que conjugara con los latinos, y, por tanto, apuntaban a la producción de formas caligráficas que, en ambos casos, procedían a fin de cuentas de las letras de las inscripciones. El elegante y claro tipo Alcalá en que Arnao Guillén de Brocar imprimió en 1514 las partes griegas de la Biblia Poliglota del Cardenal Cisneros, constituye el logro mas señalado de esta escuela de diseñadores de tipos. Fue modelado según un manuscrito que el Papa León X había puesto a disposición del cardenal con este fin expreso.
Desgraciadamente, la predilección de Aldus por las letras cursivas –que había de hacer de el un adelantado en la impresión de textos latinos- le llevó a la ejecución de unos tipos que hacían virtualmente imposible la bella impresión de textos griegos. En lugar de adoptar o adaptar la caja griega cincelada por el impresor veneciano Giovanni Rosso, en 1492, Aldus escogió como modelo para su tipo griego la escritura informal y vulgar de sus amigos eruditos griegos contemporáneos, una caligrafía descuidada y fea, que las innumerables contracciones y ligaduras (única característica del griego aldino que mas tarde fue abandonada) hacían todavía mas ilegible, por esta misma razón carecía de la claridad, la disciplina y la impersonalidad que son el fiel contraste de todo tipo que aspire a una aplicación generalizada.
De las prensas de Aldus salieron las editiones principes de Museo, Teócrito, Hesíodo (1495), Aristóteles (1495-1498), Aristófanes (1498), Tucídides, Herodoto, Sófocles (1502), Plató (1513) y unas veinte mas que han mantenido viva la fama de Aldus entre los eruditos, sino también entre los tipógrafos.
El desdichado precedente sentado por Aldus se convirtió en característica permanente de la impresión en griego cuando Claude Garamond aceptó los principios de Aldus para los tipos que cinceló a petición del rey Francisco I de Francia. En cuanto al tipo griego de la Complutense, no encontró favor en ninguna parte, probablemente a causa de su tamaño, excesivo para las producciones comerciales económicas. Así el campo quedó libre para los grecs du roi de Garamond hasta que, muy recientemente, Robert Proctor, Victor Sholderer, Jan Van Krimpen, W.A. Dwiggins y Hermann Zapf produjeron juegos griegos iguales a los mejores latinos.
Los tres juegos de grecs du roi quedaron en propiedad de la corona, y tras algunas vicisitudes pasaron a la Imprimerie Nationale; pero las matrices eran puestas a disposición de los impresores con la condición de que los libros así impresos llevaran la nota “Typis regis”. Tipográficamente –es decir, “por la regularidad de tinaje, por la precisión del moldeado, y por la exactitud de alineación y justificación”- los grecs du roi constituyen un enorme adelanto por comparación con los tipos de Aldus, pero el elogio que les tributa Robert Proctor, como “el mejor tipo de esta clase, con mucho, que haya sido cincelado jamás” parece fuera de lugar. Porque también Garamond empleó como modelo la escritura griega contemporánea que, si en algo se diferenciaba de la empleada por el cincelador veneciano, era en que todavía contenía mas contracciones y ligaduras. El calígrafo que diseñó los tipos, Angelos Vergetios de Creta, recibió del rey el titulo de profesor.
Robert Estienne fue el primer impresor a quien se permitió hacer uso de los grecs du roi. Cuatro libros de Eusebio (1544-1546) y tres ediciones del Nuevo Testamento (1546-1550) propagaron las tres cajas de tipos, que fueron usadas conjuntamente en la edición de Apiano (1551), hecha por Estienne. Cosa curiosa, Estienne fue nombrado imprimeur & libraire ès lettres hebraiques & latines (1539), en tanto que el titulo de impresor real de griego fue otorgado, juntamente con su naturalización, a Conrad Neobar de Colonia. Tras la muerte de Neobar en 1540, Robert Estienne se designó a si mismo como typographus regus, sin posteriores títulos para ello.
Italia fue también el lugar de nacimiento de la tipografía hebrea. Es sumamente probable que eruditos, artesanos y financiaron judíos advirtieran inmediatamente las posibilidades intelectuales y comerciales del nuevo invento. Como sea que los impresores alemanes acudieron por docenas, por periodos de tiempo mas o menos largos, a las ciudades y villas italianas, los judíos, que se encontraban en toda la península, debieron tener numerosas oportunidades para verles trabajar de cerca.
Los primeros libros impresos con caracteres hebreos aparecieron a partir de 1475 en numerosos lugares. Abraham ben Garton, de Reggio di Calabria, y Meshullam de Pieve di Sacco fueron los proto-tipógrafos hebreos; en 1475 el primero imprimió un comentario sobre el Pentateuco, y el ultimo un código legal judío. Mantua, Ferrara, Bolonia y Soncino fueron los lugares de donde salieron sucesivamente nuevos libros en hebreo. Entre estas ciudades, la aldea de Soncino, cerca de Cremona, ha logrado fama especial gracias a la dinastía de impresores que tomó su apellido del nombre de la misma. La familia Soncino procedía originalmente de Alemania (Speier, en el Palatinado, o Fürth, cerca de Nuremberg). Israel (m. 1489) se dedico a la imprenta tras la quiebra de su negocio de banca. Su hijo Joshua instaló una imprenta en Nápoles pero murió muy pronto, en 1492. Su hijo menor, Gerson, había de convertirse en “el mas grande impresor judío que haya conocido el mundo”. Inquieto como la mayoría de los impresores antiguos, se trasladó sucesivamente a Brescia, Barco, Fano, Pesaro, Ortona, Rimini, pasó algún tiempo en Francia, y finalmente marchó a Turquía en 1527. allá imprimió en Constantinopla y eventualmente en Salónica, donde falleció en 1534. Los descendientes de Gerson siguieron imprimiendo en el imperio Otomano y se les cita por ultima vez en El Cairo, en 1562-1566.
Los Soncino llegaron a publicar unos 130 libros en caracteres hebreos. Además, Gerson imprimió también en lengua vernácula; para su edición de los poemas de Petrarca (1503) empleó tipos cincelados por Francesco Griffo de Venecia. Gerson fue desplazado de su negocio en Italia por la competencia de un impresor veneciano. Este, Daniel Bomber, comerciante cristiano de ascendencia alemana, obtuvo del Senado un privilegio para imprimir libros hebreos (1515-1549), y a fines del siglo XVI la impresión en lengua hebrea en Venecia seguía en manos cristianas.
“El mas prolífico cincelador de tipos hebreos” fue también un gentil. Guillaume Le Bé (1525-1598), un francés de Troyes, aprendió el oficio en la fundición de tipos de Robert Estienne. En 1545 marchó a Venecia y allá cinceló no menos de ocho juegos hebreos para dos impresores cristianos durante los cuatro años siguientes, además de tipos griegos y romanos. De vuelta a Francia, produjo mas juegos de tipos hebreos para Garamond y Plantin.
Posteriormente, la tipografía hebrea fue de mal en peor, con excepción de los juegos diseñados por Christopher van Dyck y los empleados por el impresor judío Joseph Athias de Ámsterdam (m.1691), quien compró conjuntamente los tipos de Van Dyck y Daniel Elzevir a la muerte de este ultimo (1680).
Solo muy recientemente la “Monotype Corporation” ha producido algunos tipos que se retrotraen a los modelos de Reggio y Soncino. En 1932, Hug Schonfield formuló una sugerencia interesante; un hebreo romanizado, una adaptación de los tipos Caslon y Bodoni, incluyendo vérsales, versalitas, caja baja y tipos de cursiva, que hasta entonces habían estado ausentes de la impresión en hebreo. Pero esta idea ha sido rechazada por los consejeros tipográficos de las imprentas que florecen actualmente en Israel. Sin embargo la “Jerusalen Type Foundry” está trabajando con éxito en el renacimiento de la tipografía hebrea; un tipo cincelado para esta fundición por Eric Gill en 1937, añade por primera vez serifs a las letras hebreas.

S. H. Steinberg

11 mayo, 2011

La obra de Gutemberg.

A partir de 1460 parece ser que Gutemberg abandonó la imprenta, posiblemente por causa de ceguera. En 1462 sufrió nuevas perdidas en el saqueo de Mainz, pero en 1465 recibió una especie de pensión del arzobispo. Murió el 3 de febrero de 1468 y fue enterrado en la iglesia franciscana que fue derribada en 1742. Un pariente humanista dedicó mas tarde un epitafio “al inmortal recuerdo de Johannes Gensfleich, el inventor del arte de la imprenta, que ha merecido elogios de toda nación y de toda lengua.”
Solo una obra importante cabe atribuir sin duda al taller de Gutemberg: la Biblia de 42 líneas, que fue compuesta desde 1452 y publicada antes de agosto de 1456. por otra parte, no cabe duda de que Peter Schöffer superó a Gutemberg tanto como tipógrafo como en calidad de impresor: la calidad de sus obras le exculpa un tanto de los métodos equívocos con que quiso cosechar donde no había sembrado.
Quizás lo que mas derecho a la fama otorga a Gutemberg es el hecho de que, tras la primera etapa experimental de la cual nada sabemos, alcanzó un grado de eficiencia técnica que, materialmente, no fue superada hasta principios del siglo XIX.
Durante mas de tres siglos, en principio, el punch cutting, el matrizado, el moldeado de tipos, la composición y la impresión siguieron en el mismo estado que en tiempos de Gutemberg. Algunos adelantos técnicos de la prensa, obra de Leonardo da Vinci, se quedaron en el estadio de la mesa de dibujo y jamás fueron puestos en practica. El único adelanto de cierta importancia fue realizado, cerca de 1620, por el holandés Willem Janszoo Blaeu, quien amplio la eficacia y el área de impresión de la prensa de rosca y palanca; pero ningún oficial de los talleres de Gutemberg o de Schöffer hubiese encontrado la menor dificultad en hacer funcionar la prensa de Blaeu ,que, además nunca llego a ser muy conocida. Hasta fines del siglo XVIII la prensa original de Gutemberg seguía siendo considerada como la prensa “corriente”.

04 mayo, 2011

El Catholicon.

El Catholicon, compilado por Johannus Balbus de Génova en el siglo XIII, merece ser mencionado por tres razones. Su tipo es aproximadamente un tercio menor que el de la Biblia de 42 líneas; por consiguiente es mucho mas económico y marca así un paso importante hacia la posibilidad de variar al mismo tiempo que abaratar la producción de libros mediante la cuidadosa selección de tipos. En segundo lugar, el Catholicon era una enciclopedia popular, y con sus publicación Gutemberg abría el camino hacia el logro principal del arte de la imprenta, es decir, la propagación de la cultura. Finalmente, el libro contiene un colofón que difícilmente pudo ser escrito por nadie mas que por el propio inventor de la imprenta. Por consiguiente, nos proporciona un vislumbre precioso, único, del pensamiento de Gutemberg; y dice así:





“Con la ayuda del Altísimo, ante cuya voluntad las lenguas de los infantes se hacen elocuentes y que a menudo revela a los mas bajos lo que mantiene oculto a los mas sabios, este noble libro Catholicon ha sido impreso y terminado sin ayuda de cálamo, estilete ni pluma sino por el admirable concierto, proporción y armonía de punzones y tipos, en el año 1460 de la Encarnación del Señor, en la noble ciudad de Mainz de la renombrada nación alemana, a la que la gracia de Dios se ha dignado preferir y distinguir por encima de todas las demás naciones de la tierra con tal alto genio y liberales dones. Por ende, toda alabanza y gloria deben seros ofrecidas, Santo Padre, Hijo y Espíritu Santo, Dios en tres personas; y tu, Catholicon, hazte eco de la gloria de la Iglesia y no ceses jamás de alabar a la Santa Virgen. Gracias sean dadas a Dios."

03 mayo, 2011

Cita de Graham Greene




"Nuestra vida está hecha mas por los libros que leemos que por las gentes que conocemos. "
Graham Greene

28 abril, 2011

Cita de Balmes




"En la lectura debe cuidarse de dos cosas: escoger bien los libros y leerlos bien."
Jaime Balmes. (Vic, 1810- id., 1848)

26 abril, 2011

Cita de Vargas Llosa


"Las mejores cosas en la vida me han sucedido leyendo."

Mario Vargas Llosa

15 abril, 2011

Producción de libros. Australia.

AUSTRALIA La primera prensa de imprimir fue llevada a Sidney por el gobernador Philip en 1788, pero desgraciadamente olvido incluir entre los expedicionarios que debían fundar la colonia un impresor, de modo que hasta la llegada del gobernador Hunter en 1795, no se encontró en Georges Hughes la persona capacitada para poner en marcha el taller de imprenta. El ejemplar mas antiguo salido de sus prensas que se conserva actualmente es un programa de The Recruiting Officer, fechado en 8 de marzo de 1800, en el que el nombre de G. Hughes aparece como uno de los interpretes. La imprenta propiamente dicha empezó con la llegada de un criollo procedente de las Indias Occidentales, George Howe. Howe trabajó en una sala de la Casa del Gobierno, y su imprenta fue empleada exclusivamente para la impresión de los edictos gubernamentales hasta el 5 de marzo de 1803, en cuya fecha obtuvo permiso del King para publicar el primer diario australiano, la Sidney Gazette and New South Wales Advertiser; el diario sobrevivió hasta 1842, en que un periodo de depresión industrial acabó con el.


Steinberg, Sigfrid Henry


500 años de imprenta / S.H. Steinberg ; traducción de Raimundo Portella


Barcelona : Zeus, 1963


379 p., [6] f. pleg. : il. ; 21 cm


14 abril, 2011

Producción de libros: África del Sur.

ÁFRICA DEL SUR Durante mas de un siglo la población dispersa de El Cabo se limitó al material de lectura, principalmente de carácter religioso, importado de los Países Bajos. En 1784, un encuadernador alemán al servicio de la Compañía Holandesa de la India Oriental, llamado Christian Ritter, instaló una pequeña imprenta en la Ciudad de El Cabo. Publicó un almanaque (1796) y otras minucias. Los ingleses, que arrancaron la colonia de manos de la Republica de Batavia, iniciaron la publicación de una gaceta oficial semanal en 1800. La editaba la firma comercial Walker & Robertson. Un año mas tarde el gobierno compró la imprenta y desde entonces ha venido publicando la gaceta. El primer libro impreso en África del Sur fue una traducción holandesa de un folleto, obra de la Sociedad Misionera de Londres (1799). La primera producción literaria fue un breve poema, De Maan, del pastor protestante holandés Borcherds, de Stellenbosch (1802). Steinberg, Sigfrid Henry 500 años de imprenta / S.H. Steinberg ; traducción de Raimundo Portella Barcelona : Zeus, 1963 379 p., [6] f. pleg. : il. ; 21 cm

13 abril, 2011

Cita de Pérez-Rioja

"Leer es conversar con los espiritus mas selectos de todos los paises y de todos los tiempos.”
J.A. Pérez-Rioja

07 abril, 2011

Creación de la biblioteca de préstamo.

La biblioteca de préstamo, esa curiosa mezcla de empresa comercial y de preocupación por la mejora intelectual del país, fue creada, lógicamente, por un escocés. Allan Ramsay, poeta, fabricante de pelucas y librero, y padre del pintor retratista de igual nombre, agrego la primera biblioteca de préstamo a su tienda de Edimburgo en 1726. Pocos años mas tarde, en 1731, Benjamin Franklin, en el umbral de su asombrosa carrera como impresor, editor y diplomático, abrió una “Biblioteca por Suscripción” en Filadelfia. El reverendo Samuel Francourt, ministro disidente, fundo la primera librería de préstamo en Londres en los años 1730, pero ni este intento ni el que le siguió, en 1746, con el nombre de “The Gentlemen and Ladies’ Growing and Circulating Library” lograron éxito duradero. Este favoreció a la “Britihs Library”, fundada por George Bathoe en el Stand, cuando fue adquirida por el consumado fabricante y promotor de libros John Bell.

A fines del siglo XVIII, las librerías de préstamo se habían convertido en un rasgo común a todas las ciudades de la Europa occidental. En las localidades pequeñas, donde era imposible sostenerlas con provecho, los clubs de lectores y las sociedades literarias ejercieron la función de proporcionar a sus miembros las ultimas novedades del mercado librero.

Asimismo se les puede clasificar entre los precursores de las bibliotecas locales y municipales. Su súbita proliferación asombro a los observadores contemporáneos. Un critico observaba en 1795 que la “gente se ha acostumbrado a leer en la actualidad en lugares donde veinte años atrás apenas era posible conseguir un solo libro”. Pocos años mas tarde nos dicen que “la pasión por la lectura se populariza cada día mas y se extiende a todas las clases”. En 1804, las tres librerías de préstamo mas importantes de Dresden poseen unas existencias conjuntas de 60.000 volúmenes, es decir, un volumen por habitante. El efecto de las librerías de préstamo en el mercado librero fue acertadamente resumido por el librero londinense James Lackington (1746-1815): “Cuando las librerías circulantes se inauguraron por primera vez”, dice en sus memorias, “los libreros se alarmaron mucho, y su rápido aumento, añadido a sus temores, les indujo a pensar que la venta de libros disminuiría por culpa de tales bibliotecas.

Pero la experiencia ha demostrado que la venta de libros, lejos de disminuir por su causa, ha sido aumentada en gran manera, porque, gracias a estas instituciones, muchos miles de familias han obtenido libros baratos, a través de los cuales la afición a la lectura se ha hecho mucho mas general, y miles de libros son comprados todos los años por persones que primero los han pedido prestados a estas bibliotecas, y, después de leerlos, encontrándolos a su gusto, los han adquirido.


Steinberg, Sigfrid Henry Títol 500 años de imprenta / S.H. Steinberg ; traducción de Raimundo Portella

Barcelona : Zeus, 1963

379 p., [6] f. pleg. : il. ; 21 cm

01 abril, 2011

Novedades de 1905

Guia comercial de Valencia y su provincia: publicada con datos del anuario del comercio (Bailly-Bailliere) Madrid : Bailly-Bailliere e Hijos, 1905

28 marzo, 2011

Libro de Polidoro Vergilio. Cap. VIII




Libro de Polidoro Vergilio. Cap. VIII.

De la primera manera que los antiguos tuuieron en escreuir assi por letras, como por otras señales, y en que tiempo fue primeramente inuentada la carta, o pergamino en que escreuian.

Antes que en el mundo vuiesse esse vso de cartas o pergaminos, en los quales consiste la humanidad y memoria de la vida en hojas de palmas (segun testifica Plinio enel decimo tercio libro de su natural historia) solian primeramente escreuir.

Esto aprueua el Virgilio diziendo.

Solamente yo te ruego

No quieras respuesta dar

En las hojas que es dudar.

Despues adelante escriuian en ciertas cortezas de arboles, y andando el tiempo començaron a poner los instrumêtos publicos en vnas hojas, que hazian de plomo, y luego despues escriuian en ciertos lienços y tambien en cera. Porque escriuanias y pendolas ya antes de los tiempos Troyanos estauan en el vso, segun testifica Homero, y avn el papel dize Marco Varron, que despues de la vitoria de Alexandre magno siendo ya fundada la ciudad de Alexandria en Egipto fue inuentado por el mismo rey Alexandre. El qual se hazia de vnos jûcos, que nascen en las lagunas de Egipto, avn dize que se hallo antes que la carta o piel de pergamino. Avnq contra esto trae Plinio la autoridad de Casio Hermina escriptor delos anales. El qual dize que Gneo Terencio escriuano andando cauando en su campo enel janiculo apar de Roma, hallo un arca, en la qual auia sido sepultado el rey Numa, y enella hallo ciertos libros, los quales eran de Pergamino. Y es cierto que el grâde Alexandre fue despues de Numa mas de trezientos años, por que el fundo la ciudad de Alexandria en Egipto, segun testifica Liuio en el octauo libro enel año de la fundacion de Roma de quatrocientos y XXVIIJ, siendo Consules Lucio Papirio Mugilano o Cursor, y Cayo Petilio Galuo. Por otra parte Liuio discrepa de Casio enel decimo libro de la guerra de Macedonia, el qual escriue que dos arcas de piedra de ocho pies casi de longura y no vna fuerô halladas por ciertos cauadores enel campo de Lucio Petilio escriuano y no de Gneo Terencio, y que enla vna estaua sepultado Numa, y en la otra se hallaron aquellos libros de que hablamos. Lo mismo afirma Lactancio y Plutarco en la vida de Numa. Despues andando el tiempo fue hallada esta manera de papel de que agora comunmente todos vsamos. El inuentor del qual avn no se sabe. Hazese de ciertos lienços y trapos molidos, y toda via se queda cô el nombre de papel, como primero se llamaua, quâdo se hazia de juncos y arboles. Assi como tambien se quedo el nombre de carta, por la ciudad donde fue inuentada. Los pergaminos fueron llamados en latin membranas, porque son hechos de pieles de ganados. Varron escriue que fue inuentado el pergamino a porfia para las librerias de los reyes Ptolomeo y Eumenes en la ciudad de Pergamo. Y por tanto comunmente se dixeron pergaminos. Avnque ala verdad yo osaria afirmar, que los pergaminos fueron inuentados mucho antes de lo que dize Varron, y que mucho antes deste tiempo escriuieron en pergamino, porque cierto es, y Iosepho lo testifica, que los libros delos Hebreos, los quales primero que todos (segun ya demostramos) compusierô las memorias de sus hazañas, en pergamino fueron escritos, y assi lo testifica Iosefo, el qual contando enel dozeno libro de las Antiguedades como Eleazaro principe de los sacerdotes embio con los setenta y dos interpretes los libros de la sagrada escritura al rey Ptolomeo Philadelpho, para que los conuirtiessen en lengua Griega, dize desta manera. Como demostrassen la sotileza y delgadeza del pergamino, y la enquadernacion tan prima delos libros marauillose mucho el rey. Tamiben Herodoto testifica esto en el quinto diziêdo, que la costumbre de escriuir en vitelas y pieles es muy antigua. Ay allende desto muchas maneras de papel, vno es muy refinado que se puede dezir Hieratico, y assi se dezia antiguamente, el qual solamente se hazia para escreuir las escrituras sagradas. Otro papel se dize Emporetico, el qual se passa y resuma, y por tanto no es bueno para escreuir, pero solamente sirue para hazer los alcartaces y papelones para emboluer las mercaderias, y por esta causa se dixo Emporetico como si dixesse papel de mercaderias. El vso de escreuir por cifras antiguo es tambien, y assi dize Eusebio que Tiro criado de Ciceron fue el primero que inuento esta manera de escreuir, y las tales escripturas se dizê furtibles, porque se hazen con cierto artificio que no se puede leer, saluo por aquel a quien se embian. Gelio dize a este proposito de vno que queria hazer saber al rey ciertas cosas secretas con escritura hurtada quiere dezir encubierta. Tâbiê vso desta manera de escriuir Iulio Cesar segun lo testifica Suetonio. Agora en nuestro tiempo es tan comun esta manera de escreuir, que ya ninguna persona ay, agora sea principe, agora ciudadano, que no têga sus notas y cifras para sus secretos.


Vergilio, Polidoro, ca.1470-1555 Libro de Polidoro Vergilio que tracta de la invencion y principio de todas las cosas / agora nuevamete traduzido y trasladado en lengua castellana ... por Francisco Thamara ... interprete y recopilador desta obra

En Anvers : en casa de Martin Nucio, 1550

[8], 321, [10] h. ; 8º (16 cm.)

Errores tip. en foliación.

Port. con escudo grabado.

Alguna inicial historiada

09 marzo, 2011

Cita de Montesquieu

Montesquieu, estatua de Clodion, 1783

El estudio ha sido para mi el soberano remedio contra los males de la vida. Nunca una hora de lectura ha sido perdida. Amar la lectura es cambiar las horas del tedio por horas de delicia.

Montesquieu

22 febrero, 2011

Libro de Polidoro Vergilio. Cap. VII

CAP. VII. Quien fueron los primeros que compusieron libros, y qual fue la primera librería del mundo, y quien fue el primero que invento la manera de imprimir, y estampar libros, y donde fue inventada esta arte.

Como sea cierto que los ingenios de los hombres van cada día en acrecentamiento por solo el provecho y abundancia de los libros, y por esta causa mas fácilmente todos se mueven a procurar las artes liberales, y los mismos estudios de las letras maravillosamente en todo el mundo florecen, por cierto en grande maldad me parece que haría, si tal y tan excelente invención debaxo de silencio se pasasse, pues que nosotros también en quanto las fuerças de nuestro pequeño ingenio bastasen por causa de acrecentar la doctrina, avemos tomado a nuestro cargo este trabajo, y especialmente siendo como son los libros (según sanct Hieronimo escrive a Marcela) muestra delos ingenios y memoria verdadera y eternal de todas las cosas. Por la qual aquel excelente rey Agesilao, según dize Plutarco, como muchos quisiesen figurar la imagen de su cuerpo para que del quedasse memoria, nunca lo consintió, diziendo, que mas quería dexar a los descendientes la memoria de las virtudes de su animo, porque aquello era obra de pintores y imagineros, y esta otra suya aquella era obra de ricos, y esta otra creya el que era de buenos. El primero pues que dexo libro compuesto y escrito de su mano (según testifica Laercio en el segundo libro) fue Anaxagoras. Aulo Gelio en el sexto libro escrive, que Pisistrato tirano fue el primero que hizo libros para que públicamente fuessen leydos. Aunque quien ay que no vea, que los Griegos cobdiciosos demasiadamente de honra y fama vanamente atribuyen a si esta gloria? Los quales según demuestra Iosepho muy a la clara contra Apion, son muy modernos y nuevos a comparación de los Hebreos. Mas verdaderamente podemos dezir que los Hebreos, mucho antes que los Griegos escrivieron la sagrada escritura, o los sacerdotes de los Egipcianos o los Caldeos, los quales también escrivieron libros, y assi podremos dezir que si Anaxagoras o Pisistrato hizieron libros, esto fue solamente entre los Griegos. Verdade es que después estos mismos Athenienses acrescentaron con mucha diligencia y cuydado el numero de los libros, puesto que quando el rey Xerxes gano la ciudad de Atenas, se tomo toda aquella multitud de libros, y se los llevo a Persia. Aunque después de muchos tiempos Seleuco rey de Macedonia, el qual fue llamado Nicanor los hizo bolver a Athenas. Después andando el tiempo muy grande copia de libros fue ayuntada en Egipto de los reyes Ptolomeos, los quales llegaron a setecientos mill volumines de libros poco menos. Avnque todos estos fueron encendidos y destruydos en la primera guerra de Alexandria. Por otra parte escrive Strabo en el décimo tercio libro de su Geografía, que Aristóteles fue el primero que ordeno librería, y dize assi, De la ciudad de Seepsis fueron ciertos filosophos discípulos de Sócrates, es a saber, Erasto y Corisco, y Nereo, hijo de Corisco, el qual oyó de Aristotiles y de Teofrasto, y fue sucesor de la librería de Aristotiles, porque Aristotiles dexo su librería y catreda a Theophrasto, y el primero de todos los que sabemos ayunto libros y enseño alos reyes de Egipto la orden que auian de tener en hazer sus librerías. Después Theofrasto la dexo a Neleo, y Neleo la lleuo ala ciudad de Scepsis, y allí se quedo para sus descendientes. Esto dize Strabo. Vuo también en la ciudad de Pergamo otra librería muy insigne y affamada, según lo testifica Plinio en el libro.xv. luego al principio, donde dize, no fácilmente se puede dezir, quales començaron primero los reyes de Alexandria o los de Pergamo, porque estos establecieron excelentes librerías casi a porfia los vnos de los otros. En Roma el mismo autor testifica en el sobredicho libro, que Asinio Polion fue el primero, que hizo librería. El qual dize assi, No es razón, que se passe debaxo de silencio esta nueva invención, porque no solamente en oro o en plata o en metal quedan esculpidos en las librerías aqllos cuyas animas immortales hablan en aquellos mismos lugares, mas avn allende desto lo que no es se finge, y se causan unos deseos de conocer aquel que nunca vieron , como acaescio en el Poeta Homero, lo qual es un exemplo de felicidad tan grandes que otro según yo pienso, no ay mayor, que cobdiciar todos siempre saber que tal aya sido alguna persona señalada. Esta inuencion, de que hablo fue de Asinio Polion, el qual primeramente estableciendo nueva librería, hizo que los ingenios de los hombres fuessen nueva republica. Ay también en nuestro tiempo muchas librerías en Ytalia, pero la mas excellente y principal de todas a juyzio de todos lo que la han visto, es aquella que el excellente príncipe Federico Feltrio duque de Vrbino hizo y ordeno, la qual su hijo Guido príncipe excellente y luz resplandeciente de todas las doctrinas y socorro único y señalado delos varones doctos acrecentó y adorno, no solamente con abundancia grande de libros, mas también con mucho oro y plata. En verdad que fue aquella vna invención marauillosa para los mortales, mas con todo esso no se deue ygualar con esta nueva manera de escreuir, que en nuestro tiempo auemos visto y alcançado. Por la qual tanto en un día se imprime y []stapa por un solo hombre, quanto a penas en vn año muchos podrían escreuir, por causa delo qual tanta abundancia de libros ha salido y se ha derramado por todo el mundo, que ninguna obra que quiera puede faltar a ningún hombre por mas pobre que sea. Y avn ay otra cosa que por esta razón muchos autores assi Griegos como Latinos, que totalmente casi estauan perdidos han salido a luz y poco menos han resucitado, luego no es justo que el inuentor de tan grande cosa sea defraudado y carezca de su gloria y loor. Mas antes sepan todos los que en el mundo sucederán a quien deuen referir y agradecer vna obra tan diuina, que assi han recebido.
Assi que el primero que inuento esta arte tan excelente de imprimir fue vn cauallero natural de Alemaña llamado Iuan Cutembergo, varón muy honrrado (según fuymos informados delos missmos de su tierra) en vna ciudad de Alemaña, quese llama Maguncia, y el allí primeramente la començo a exercitar, hallando tambien el mismo no con menor industria cierta manera de tinta, dela qual hasta agora vsan los impressores. Despues de ay a diez y seis años, que fue enel año de mill y quatro cientos y cincuenta y ocho de nuestra salud, otro hombre llamado Conrrado natural tambien de Alemaña, truxo esta arte de imprimir primeramente a Roma en Ytalia, la qual despues Nicolao Ienson Frances marauillosamente adorno y ennoblescio. Assi se ha derramado y floresce agora en nuestro tiempo casi por todo el mundo. Dela qual no quiero mas hablar, paresciendo me que no he hecho poco en auer demostrado, quien fue el inuentor della y de adonde fue trayda a nosotros y derramada por todo el munco. Y es de creer, que pues desde su principio con tan grande ganancia y no menos admiracion de todos ha sido manifestada y publicada, no menos (segun a mi me parece) se ira de aqui adelante acrescentando poco a poco en prouecho de todos.

Vergilio, Polidoro, ca.1470-1555
Libro de Polidoro Vergilio que tracta de la invencion y principio de todas las cosas / agora nuevamete traduzido y trasladado en lengua castellana ... por Francisco Thamara ... interprete y recopilador desta obra
En Anvers : en casa de Martin Nucio, 1550
[8], 321, [10] h. ; 8º (16 cm.)
Errores tip. en foliación.
Port. con escudo grabado.
Alguna inicial historiada

Envio de libros

LEGAJO 257 (29)

317.- Carta del P. Pedro de Ribadeneira, desde Madrid, a 9 Febrero de 1587, al P. Pedro de Prado, Rector del Colegio de Zaragoza.

...”El P. Roca, Provincial de esa Provincia, pidio que le enviase los libros que por esa memoria V. R. verá; los que tocan a Valencia por Valencia y los de Aragon por Zaragoza; ahora los envio con la ropa del Sr. Arzobispo, porque cuesta menos de portes y de puertos; van 64 libros de la vida de N.P. Ignacio de santa memoria; los 43 en romance y los 21 en latin. V.R. los reciba y me avise del recibo dellos y al P. Provincial para que su R. de la orden que le pareciese en el distribuirlos.”...

Blanco Trias, Pedro (S.I.)
Catálogo de los documentos y manuscritos pertenecientes a la antigua provincia de Aragón, de la Compañía de Jesús, que se conservan en el Archivo Histórico Nacional / Pedro Blanco Trías, S.J.
Valencia : TO-DO, 1943
48 p. ; 22 cm

02 febrero, 2011

Digitalización de libros descatalogados.



"Un libro no disponible es un trozo de memoria que se derrumba, una parcela del patrimonio que se borra y una obra artística que se olvida a sí misma", aseguró el ministro galo de Cultura, Fréderic Mitterrand.

La noticia completa en el siguiente enlace.

http://www.20minutos.es/noticia/947077/0/francia/digitalizacion/libros/

31 enero, 2011

Libro de Horas del Conde-Duque de Olivares

Códice brujense del Real Colegio de Corpus Christi de Valencia. Libro de Horas del Conde-Duque de Olivares.
Precioso devocionario del Conde-Duque de Olivares, que durante un tiempo se llamó el libro “de horas” de Felipe el Hermoso, confeccionado en un taller de Brujas muy a principios del siglo XVI.
Durante el reinado de Felipe IV y por merced de este paso a manos del Conde-Duque como otros libros y papeles que el soberano le diera o confiara, en alguna de las frecuentes coyunturas para regios favores que el tiempo en que Don Gaspar fue ministro dio ocasión.
Decaído el poder de Olivares, el libro le acompaño sin duda a su retiro de Loeches y Toro.
De la biblioteca piadosa del Conde-Duque, aventada y esparcida contra la voluntad testamentaria de D. Gaspar, como todos sus libros, abundantes, buenos y bienqueridos del gran Señor que los reunió, pasarían el libro de Horas en alguno de los lotes que se hicieron por la Viuda , en diversas ocasiones y pese a su reconocimiento de haber encontrado el testamento de su difunto esposo, según manifiesta en el codicilo de 1642, y de decir, al efecto, que quiere que se cumpla y ejecute la voluntad de aquel, al poder del presbítero valenciano doctor Don Joseph Thomas Torres, Colegial perpetuo que llego a ser del Real Corpus Christi de valencia, al que legara el libro y en el que permanece. Desde que fue depositado en la Biblioteca por el Colegial a su muerte en 1732.

F. M. Garín Ortiz de Taranco: Un Libro de Horas del Conde Duque de Olivares. Valencia, 1951.

28 enero, 2011

Cita de Tanzi y Lugaro

"El esfuerzo de leer mentalmente cuesta menos trabajo que el esfuerzo necesario para tener el libro en la mano."

Tanzi y Lugaro *

Trattato delle malattie mentali.
Eugenio Tanzi; Ernesto Lugaro
Milano : Soc. ed. libr., 1914.
2. ed. interamente rifatta dai Prof. Eugenio Tanzi, Dir., Ernesto Lugaro, Dir



*Eugenio Tanzi ( Trieste , 1856 - Florencia , 1934 ) fue un psiquiatra italiano .
*Ernesto Lugaro ( Palermo , 1870 - Salo , 1940 ) fue un médico y psiquiatra italiano .

27 enero, 2011

Libros usados


Hay una rara voluptuosidad, un goce indefinible y exquisito al desflorar el libro que llega a nuestras manos con su cubierta limpia, con sus pliegos intonsos, con el acre perfume de la impresión reciente....
En la plegadera que esgrimimos impacientes va también nuestro espíritu anhelante de luz y de verdad...
Con ansia cortamos las herméticas hojas y afanosos recorremos sus renglones en busca de una alegría nueva, ¡que no ha de ser al fin mas que un nuevo dolor!...
Si hay algo en el que responda a nuestras inquietudes, que calme nuestras zozobras y engrandezca nuestras esperanzas, otorgamos al libro la intimidad de nuestro trato... Bien pronto se le arroja con ira, o con desprecio se le abandona, cuando no tiene de nuevo mas que la fecha de su impresión... ¿Para que nos sirve la vulgaridad, aunque nos visite con un traje flamante y llamativo?
¡Ay!... Buenos o malos, útiles o ineptos, agradables o dolorosos, los libros que fueron llegando a nuestras manos ávidas; que nos dieron fuerzas para sacudir el árbol de la vida; que acortaron el tedio de nuestros días y alargaron el insomnio de nuestras noches, yacen en los armarios, en los estantes o sobre la mesa de trabajo, como los botes y tarros en la farmacia... Tal vez necesitamos una cita oportuna; quizá nos sea precisa una observación apropiada o una sentencia justa; acaso nos convenga un pensamiento feliz... Entonces alcanzamos los libros que encierran estos ingredientes, y, después de utilizados, los volvemos a colocar en su sitio...
A veces esta necesidad es intima, completamente sentimental. Recordamos algo que nos hizo mucha sensación y volvemos a rememorar con su lectura las fechas y lugares ya distantes... Al releer un libro muy amado, se siente esa sincera alegría que nos causa el encuentro con un camarada a quien no vimos en mucho tiempo.
¿A que manos iran a parar nuestros libros, cuando el de nuestra vida se cierre para siempre? La figura del librero “de viejo” tiene algo de trágico y de insensible, como la misma muerte. Sombrío liquidador de la desgracia, en su tienda caen, al soplo de la miseria, las pilas de tomos que se derrumbaron al derrumbarse la fortuna o la vida de su propietario. Y luego se alzaran bajo otros techos, y nutrirán a otras inteligencias y encenderán nuevo fuego en nuevos corazones. Porque el papel del libro es mas duradero que la carne del hombre... ¡Oh, miseria de nuestro destino!...
Al internarme en los puestos de nuestra clásica feria de septiembre, siento siempre un poco de amargura mientras me dedico al busquineo....¿De quien seria este pequeño tomo de versos, encuadernado con tanto lujo?... ¿Que mano pondría estas sabias apostillas en las paginas de este recio volumen?... ¿No delatan largas horas de fiebre las huellas que manchan estas hojas, vueltas una u cien veces en persecución de una verdad?... ¿Que pasiones habrá despertado esta obra?... Como las armas, los libros se ennoblecen con el uso. Todos tienen su historia de gloria o de desaliento. Pero a nadie se la cuentan cuando brindan sus tesoros para una nueva resurrección..
Un secreto impulso nos lleva a adquirir estos libros, como si en ellos fuéramos a encontrar algo que nos ayude a comprenderlos. Ni su fecha puede quitarles juventud, si la tuvieren, ni los estragos del tiempo disiparan su frescura eterna. Lo mismo que los hombres, lis libros que nunca fueron viejos por la edad, no lo son tampoco por el aspecto... ¿Y no es nuevo para nosotros el libro que abrimos por primera vez, aunque su fecha sea antigua o su traje este sucio y en mal uso?... Siempre hay algo que descubrir hasta en el terreno mas hollado por la humana planta; pero nuestro orgullo sufre un rudo golpe cuando no es nuestra mano la que corta la primera flor en los jardines... ¡Y esto es tan difícil!...
Todos quisiéramos ser el primer amor, y acaso en ser el ultimo consista la verdadera felicidad.
Sobre estos puestos de libros usados parece flotar el espíritu de la resignación...¡Estos libros, al fin y al cabo, correrán la misma suerte que nosotros! ¡Ellos también entregaran sus carnes a la tierra, y sobre sus nombres caerá el olvido!... Quizá cuando llega la noche y cesa el ruido vulgar de la feria y se cubre la tienda con un lienzo, esos tomos salen de sus estantes y bailan la danza macabra... Confundidos ricos y pobres, altos y bajos, magnates y plebeyos; el poeta genial y el novelista por entregas; el gran filosofo y el despreciable foliculario; todos, en fin, los que reposan en los estantes, acaso bailen la danza de la muerte, burlándose de las vanidades de la vida... ¿No es uno de esos puestos igual a un cementerio?... En sus nichos duermen los libros que fueron algo y los que parecieron algo por su ostentación y por su vanidad. Allí están sus lapidas y allí se lucen algunos monumentos. Y hay también es montón de libros donde van a parar, como a la fosa común, los pobres, los infortunados y los débiles.
¡Entre ellos están muchos grandes espíritus, que surgirán gloriosos cuando suene una voz de resurrección!

Antonio Palomero. (*1869-+1914)
De “El Libro de los Elogios”. Madrid, 1911, en 8º. F. Beltrán, editor.