28 febrero, 2013

Impresores notables VI




Caslon. William Caslon (1692-1766) empezó su carrera en Londres como grabador de armas de fuego; luego, se dedicó a la encuadernación y posteriormente, a la fundición de tipos, surtiendo a los principales impresores de su tiempo. En 1720, Caslon diseñó y fundió los tipos para una edición arábiga del Nuevo Testamento. Su hijo y sus nietos siguieron su mismo oficio, como hicieron los Estienne y los Didot.
En 1763, Caslon publicó un libro de muestras de tipos de su diseño y fundición, lo que se justificaba por la enorme aceptación de que gozaba. Entre los tipógrafos existe el lema que reza: “En caso de duda, utilice el tipo Caslon.” Esta recomendación ilustra la gran aceptabilidad de sus diseños para todos los propósitos.

18 febrero, 2013

Impresores notables V




Plantin: Un impresor de grandes logros e igualmente grandes percances fue el francés Christophe Plantin (c. 1514-1589), que empezó como impresor y luego se hizo editor. Publicó obras de considerable merito entre ellas una Biblia en latín, otros textos en griego y latín y un diccionario políglota. Encargó tipos a los mejores fundidores de Europa y en 1567 publicó un libro de muestras tipográficas que da una idea de la envergadura de su negocio. Fue designado “Impresor del Rey de España” y las autoridades eclesiásticas de ese país le encargaron la impresión de muchos libros litúrgicos.
Su obra maestra fue una Biblia políglota, cuyo texto esta distribuido en columnas paralelas de latín, griego, hebreo y caldeo. La publicación de tan monumental obra se demoró varios años, hasta que se produjo un cambio de papa, porque el Rey de España no quería que se publicara sin la autorización de la Santa Sede y el anterior pontífice se oponía a ello. Después de otras demoras ocasionadas por la Inquisición, esta Biblia se publicó en 1580.
La vida de Plantin se conoce con bastante detalle debido a que los manuscritos, prensas y artículos de su pertenencia se conservan en Amberes, Bélgica, donde pasó  la mayor parte de su vida, en un museo que lleva su nombre.
Plantin no hizo ningún aporte destacable al diseño de tipos o al libro mismo; no obstante, fue un editor excepcional, un impresor cuidadoso y concienzudo, cuya filosofía esta resumida en el lema que acompaña la marca tipográfica de su firma, Labore et Constantia. Ciertamente Plantin merece la inmortalidad que su trabajo y su constancia le conquistaron en los anales de la imprenta.