30 abril, 2010

Comede volumen istud.

MEDITACIÓN XVII
De los altos fines con que la Iglesia pone en manos de sus Sacerdotes, y Ministros el Santo Breviario.

Visión muy admirable es ciertamente la que refiere Ezequiel en el capitulo 3 de sus Profecías. Dice, que le mostró Dios un Libro misterioso, y cerrado, y que le mandó, que lo comiesse: Comede volumen istud; y dando después las señas individuales del misterioso Libro, añade el Profeta: que estavan escritas, y gravadas en él lamentaciones, cánticos y versos, y ayes dolorosos, y tristes: Erant in eo scriptae lamentationes, carmen, & vae. Contemplan los Padres, y Expositores la significación, y el sentido de esta visión prodigiosa; y entienden, que el misterioso Libro era un bello compendio del Antiguo, y Nuevo Testamento, y en donde se admiran gravadas las mismas señas que el Profeta refiere. Es a saber, las lamentaciones, y profundos gemidos de tantos Profetas, y Patriarcas, los versos, y cánticos alegres de tantos Psalmos, y los ayes tristes de tantas divinas conminaciones, que uno, y otro Testamento incluyen. Señas todas también muy propias del Sacro Breviario, de que usa la Iglesia; Libro por excelencia divino, y dado a los Sacerdotes por la Divina mano, por ser mismo el que la Iglesia, instruida del Espíritu Santo, compuso, y selló para sus Ministros solos. Y Libro en que está compendiado, y abreviado (que por esso se llama Breviario) lo mas precioso, misterioso, útil, y doctrinal de la Sagrada Escritura; los admirables misterios de una, y otra Ley, las Vidas inefables de Christo, Apóstoles, y demás Santos, con las de los Patriarcas, y Profetas de la Ley Antigua, y con las Oraciones devotissimas, y pías de la Iglesia Santa. O! y que Libro tan prodigioso, y admirable! Que compendio tan útil, y provechoso para todos aquellos que lograren la dicha de tenerle! Pues entiende, que este mismo Libro es el que Dios por mano de su Iglesia nos entrega al ordenarnos in Sacris, imponiéndonos la perpetua ley del quotidiano Rezo: lo qual es virtualmente lo mismo, que si nos dixesse, y mandasse lo que allá Dios al Profeta: Comede volumen istud. Comete este Libro sabroso; y es como si nos dixesse: O Sacerdotes del Altissimo, ordenados, y consagrados ya para el divino culto, y servicio, y tributar, al Señor de Cielos, y tierra continuas adoraciones, y alabanzas! Mirad, y atended bien a esse Libro divino, y santo, que se os pone en la mano; advertid, y entended, que no se os da solo para verle, y registrarle exteriormente, ni leerle solo con la prolación de sus palabras: se os da si, para que espiritualmente os saboreéis con el, y le comáis gustosos; porque manjar, y Maná dulcissimo es del espíritu, como compuesto de la palabra Divina, que es sustento verdadero del alma: Comede volumen istud.
Pero así como el manjar, y sustento del cuerpo, para no ser dañoso, ni nocivo, antes nutritivo, y provechoso, es necessario, que primero se mastique bien, y luego se digiera, y convierta en substancia; assi es necesario también, que el manjar de este Libro tan espiritual, y substancioso, se mastique antes bien con el entendimiento, luego se cuezca, y digiera al calor de la voluntad, y se convierta al fin en substancia propia del espíritu; que este es el genuino sentido que da el Sabio Alapide a las palabras citadas del Profeta: Come este volumen. Esto es, dice el Expositor citado, rebuelvelo primero en el animo con la inteligencia, digiérelo después con el calor de la devoción, y assi le convertirás luego en satisfacción, y pasto provechoso del alma. Lo mismo nos enseña, y persuade el dulcissimo S. Bernardo, instruyéndonos en el modo de percibir con provecho el fruto del Oficio, y Rezo Divino: Immolantes Deo hostiam laudis, jungamus sensum verbis, affectum sensui, & exultationem affectui. Aviendo de ofrecer a Dios (dice el Santo) la hostia agradable de sus alabanzas, procuremos juntar bien con las palabras el sentido, con el sentido el afecto, y con el afecto el espiritual contento, y gozo. Y ve aquí cifrados brevemente los altos fines, y designios, que tiene la Iglesia, quando pone el Sagrado Breviario en manos de sus Sacerdotes, y Ministros. Trata pues tu de observarlos fielmente, y a la letra, si quieres participar de tan dulces, y preciosos frutos; y para esso, procura reflexionarlos con la atención posible en los Puntos que se van a proponerte.



Fernández Cantos, Antonio
Guía de ordenandos : Breve Compendio de Meditaciones, PARA EL USO de Los Ordenantes en Exercicios Espirituales SUS / Dispuesto Por El Dr. D. Antonio Fernández Cantos ... ; Sácale una luz el ... Cabildo de Sacerdotes de la Ciudad de Cuenca, y Orden Por de su ... Obispo ...
En Valencia: Por Joseph Thomas Lucas, 1762
[40], 312 p. : Il. , 4 º (21 cm)


29 abril, 2010

El Patriarca Ribera, mecenas.


CAPITULO XVIII
El Beato Ribera fue un verdadero sabio.- Sus manuscritos y libros de uso.- Codices, incunables y otras joyas que atesoró en su biblioteca.


He aquí algunas noticias referentes a la protección dispensada por el Beato a algunos escritores.

Mossen Juan Josepe Agorreta nuestro mayordomo de hazienda, del dinero de vuestro cargo daréis y librareis al presentado Fray Estevan Méndez de la orden de Sto. Domingo cien libras moneda val.na las quales le mandamos librar para ayuda de la impresión de un libro que imprime y cobrareis carta de pago del dicho presentado para vuestro descargo, etc. Datt. En nuestro Palacio Arçobispal de Val.ª en 7 de Hebrero de 1605.- El Patriarca.- Su rúbrica.”

Favoreció al cronista Gaspar Escolano, quien en 1588 le había ofrecido el original de este curioso manuscrito: Libelli duo quorum unus inscribitur sermo panegiricus sive de laudibus divi Pauli; alter vero disputatio de Incanationis misterio quod non solum haebraeis sed etiam gentibus ante Chriti adventum fuerit notum. Auctore Gaspare Scholano theologo valentino. Ad Illus.m et REv.m D.D. Joannem a Ribera Patriarch. Anthioch. Archiep. Valent. Anno, 1588.

También conservó el Beato dos tomos en folio mss. Con el titulo: “Commentariis in quinque libros Mosaicos auctore F. Stephano de Salazar granatensi monacho cartusiano". Obra dedicada por el autor a su Mecenas el Patriarca en 18 de junio de 1593.

En otro libro ms. en 4º. De la Bilbioteca del Beato, o sea Expositio in Sacrosantorum Christi Evangelium secundum Joannem se lee esta nota autografa del Mecenas: “Estos escritos son del P.F. Ángel del [Paz] de la orden de S. Francisco y embiomelos de Roma para muestra de la obra, diciendo que quería dedicármela y que prestase para la impression: murió de ay a poco en Roma con grandes muestras de santidad y fue su cuerpo reverenciado por algunos días en los quales obro Dios N.S. muchos milagros, habiendo concurrido toda Roma a la Yglesia donde estaba su cuerpo antes de enterrarle.”
Según Nic. Antonio en su Bib. Hisp., t.I, fol. 91, nació en Perpiñan F. Ángel del Paz, profesó en Barcelona y murió en Roma en 23 de agosto de 1596. En la bib. Del Colegio se conserva además el tomo primero de la obra In Simbolum Apostolorum.

Gustaba el Beato de tener los escritos mas raros, y es curioso recordar en Nic. Ant. Y Vicente Ximeno la joya que poseyó con los Comentarios de J. Andrés Strany, valenciano meritísimo, a los libros de C. Plinio. He aquí la interesante nota que al fin puso el copista: “Hic finis Annotationum et Commentariorum in C. Plinii Secundi Historiae mundi libros 37 per Joannem Andream Straneum Valentinum Oratorem, Philosophum Theologumque clarissimum. Opus ut tali viro dignum omnibus utile et naturae gratum.” Terminó la copia Miguel Juan Ortí, en Valencia el día 29 de febrero de 1532.


Boronat y Barrachina, Pascual
El B. Juan de Ribera y el R. colegio de Corpus Christi : estudio histórico / por Pascual Boronat y Barrachina ; con un prólogo de Manuel Danvila
[s.n.], Valencia (Imprenta de F. Vives y Mora) 1904
XV, 398 p. ; 22 cm

26 abril, 2010

El Patriarca Ribera bibliófilo.

CAPITULO XVIII
El Beato Ribera fue un verdadero sabio.- Sus manuscritos y libros de uso.- Codices, incunables y otras joyas que atesoró en su biblioteca.

Nos basta penetrar en su riquísima biblioteca y hojear algunos de sus libros.
Lo que en primer lugar llama la atención del bibliófilo es una colección de ocho volúmenes en 4º, manuscritos y lujosamente encuadernados, que contienen los apuntes tomados por el joven Ribera en las cátedras de la Universidad Salmantina desde 1551 a 1555. [...]
En la misma vitrina donde se conservan tan estimables autógrafos hemos visto una Gramática griega escrita por el Beato. Son elementos filológicos cuyo merito principal consiste en formar parte de un volumen autógrafo. Hallase encuadernado en pergamino y tamaño en 4º.
También se conservan las notas marginales que puso a distintos ejemplares de la Biblia, y un tomo en folio, sin titulo, que contiene curiosos apuntes teológico-morales.
En la misma vitrina se hallan tres volúmenes en folio de sermones varios. El mas antiguo de dichos volúmenes no nos parece autógrafo del Beato, si bien contiene los primeros sermones de su vida pastoral. [...]Los otros dos volúmenes comprenden los sermones predicados en la diócesi de Badajoz hasta 1569, algunos de los predicados en Granada, Sevilla, Bornos, etc., y gran numero de los que predico en la diócesi de Valencia [...]
No es nuestro propósito catalogar en este capitulo los libros y códices de que se sirvió el B. Ribera y que con religiosa veneración se conservan en la biblioteca del mencionado Colegio, pero permítasenos alguna expansión a nuestras aficiones de bibliófilo mencionando siquiera el titulo de algunos libros del propio uso de aquel verdadero sabio, pues con ello podrá conocer el erudito algunos de los quilates que valoraban el exquisito gusto literario del Patriarca.
Registrando al azar entre los estantes de la mencionada biblioteca hallamos, precedidos en su mayor parte de la firma y rubrica de D. Juan de Ribera, los siguientes:
Comentarios de Agustín Nifo al Estagirita (edición de Venecia, años 1543-1547), obras de Guillermo Doroteo (Venecia, 1550), Jaime Fabri (Paris, 1543), Juan Argirophilo (Lovaina, 1547), Gualterio Burleo (Venecia, 1509), Pablo Veneciano, (Venecia, 1510), Juan Gramático (Paris, 1543), Bartolomé Silvanio (Venecia, 1546), Juan Buridano (Paris, 1513), Domingo Soto (Salamanca, 1552), y otros muchos humanistas y filósofos entre los que se hallan los astros mas brillantes de la verdadera ciencia española.
Cierto que el beato Juan de Ribera fue un verdadero sabio, pues, [...] saboreó la erudición clásico-humanista en las obras de Vives, Erasmo, Falcó, Sempere y Pedro Juan Nuñez; [...] favoreció la publicación de diversos libros, y atesoró en su biblioteca curiosos códices y preciosos incunables que son hoy rarísimas joyas en la bibliografía española y monumentos de la tipografía valenciana.
El Apocalipsis glosatus per Fr. August. De Ancona, hermoso códice en vitela, bastaría para acreditar el gusto bibliográfico del B. Ribera si en la misma vitrina en que aquel se conserva no hubiesen otros de tanto merito y los cuales no describimos por no ser tal nuestro objeto. El volumen autógrafo del V. Tomas Moro es una hermosa reliquia de merito incalculable, y el Rationale dicinorum officiorum de Duran (imp. En Roma, 1477), el Opus Beatissimae Conceptionis de Luis de la Torre (apud Brixiam, 1486), y otros incunables de merito tan relevante como la rarísima Vida de S. Honorat, imp. Por Lope de la Roca en Valencia y año 1495, nos inducen a confirmar el juicio antes formulado acerca de la erudición del Patriarca.[...]

Boronat y Barrachina, Pascual
El B. Juan de Ribera y el R. colegio de Corpus Christi : estudio histórico / por Pascual Boronat y Barrachina ; con un prólogo de Manuel Danvila
[s.n.], Valencia (Imprenta de F. Vives y Mora) 1904
XV, 398 p. ; 22 cm

23 abril, 2010

Feliz dia del Libro


FELIZ DIA DEL LIBRO

Para todos:

Bibliófilos

Bibliómanos

Bibliotecarios

Bibliomaniacos

Biblioadictos

Bibliotranstornados

Bibliognostas

Bibliopolas

Bibliósofos

Bibliopeges

Bibliofagos

Bibliólogos

Bibliógrafos

Bibliotecosofos

Biblioterapeutas

Bibliotistas

Bibliotécnicos

Bibliotecógrafos

Bibliotecólogos

Bibliotafos

Bibliotáxicos

Biblióscopos

Bibliománticos

En fin, para todos los que de una u otra manera amamos los libros.

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19 abril, 2010

Coleccionismo


Según noticias de la Prensa Asociada en la España de estos días, a falta de algo mejor, los hombres han dado en la manía de coleccionar. ¿Coleccionar que? Lo que sea; se trata de darse a si mismo la sensación de que se vive.
Hay un critico de arte que en Madrid amontona volúmenes sobre locos y mascaras; el doctor Marañón atiborra sus estanterías con libros raros de viajeros por la península, otro escritor colecciona dibujos de toros en los que se ve como estos aparecen ante los ojos de los toreros durante la corrida...¡Vamos! Hasta un opulento industrial de Barcelona acrecienta un museo particular en que custodia estampas, documentos, libros y trajes referentes a modas en tiempos remotos, remotísimos, dignos de una indagación de Bosch Gimpera. Este es un signo de la época, que ni requiere comentario.
Pero Vicki Baum ha analizado muy bien estos afanes:
Coleccionemos muebles, dinero, sucios pedazos y residuos de toda clase de cosas y ocupémonos de guardar y defender lo coleccionado. Vivamos como una bestezuela de estercolero, reunamos toda la porquería que hemos logrado recoger en una pelotita, escondamos esta bajo tierra y sentémonos encima dispuestos a defenderla hasta perder la vida.”

Suplemento de EL NACIONAL
Por Antonio Acevedo Escobedo
9 de noviembre de 1947 Nº 32

16 abril, 2010

Cita de Katherine Mansfield.

Katherine Mansfield
(* 14 de octubre de 1888, Wellington, Nueva Zelanda;
+ 9 de enero de 1923, Fontainebleau, Francia)


"El placer de leer es doble cuando se vive con otra persona con la que compartir los libros."
Katherine Mansfield

15 abril, 2010

Biblioteca de la Universidad


Esta notable biblioteca, creada por iniciativa del ilustre valenciano D. Francisco Pérez Bayer, el cual donó para formarla su valiosa librería en 1785, durante el sitio de 1812 sufrió un incendio, ocasionado por una bomba, en el que desaparecieron la mayor parte de los volúmenes que aquel sabio había legado en vida. Mas, gracias a la liberalidad de otros buenos patricios que imitaron su conducta, existe hoy muy mejorada, ocupando en el piso alto del edificio tres espaciosos salones, cuya superficie es de 794 metros cuadrados, con una elevación de mas de nueve metros y medio.
Una estancia cerrada, afectando la forma de 99 armarios, divididos por columnas jonicas con su correspondiente cornisa, contiene los 50.000 volúmenes que la constituyen, entre los cuales hay muchas selectas y raras obras, como son la regia Colección de Códices que poseyeron los Duques de Calabria, con adornos hechos por los mas hábiles iluminadores italianos del siglo XV; el único ejemplar de Obres o troves les quals tracten de lahors de la Sacratísima Verge María, primer libro impreso que salió a luz en España, publicado en Valencia el año 1474; el Comprensorium; la Colección de fueros de Valencia y su reino; las Obras de Salustio Crispo; el Régimen de princeps; el Llibre appellat crestiá; Lo Cuart y lo Primer del Cartoixá; Lo Somni de Joan Joan; Lo Procés de les olives; la Vida de San Honofre; la Omelia sobre lo Salm del Miserere meu Deus; la Vida de Sancta Catherina de Sena; el famoso Tirant lo Blanch, y otros muchos y preciosos libros incunables.
Entre los manuscritos notables que la biblioteca posee, hallase la Biblia que el Papa Benedicto de Luna regaló a San Vicente Ferrer, con notas autógrafas del santo. También es muy notable, bajo distinto concepto, el Romance de la Rosa.
Colocadas en 30 armarios se encuentran las obras de Historia, Geografía y Lengüistica, y en otros 43 se hallan las de Ciencias y Artes, Filosofía, Jurisprudencia y Cánones, y las numerosas colecciones de todos los ramos de materias eclesiásticas. Las producciones que tratan de Bellas Letras, de Artes y de Arqueología, como asimismo las curiosidades bibliograficas, se custodian en el salón tercero.
En una pequeña estancia, contigua al indicado salón, se hallan los manuscritos, las monedas y medallas que forman el Monetario, compuesto de unas 4.300 monedas. Hay en el ases romanos, consulares, imperiales, del alto y bajo imperio, celtiberas, de municipios y coloniales, de árabes y de modernas. Mas de una tercera parte son de oro, y es bellísimo el ejemplar de un Ptolomeo Evergetes en este metal, que separado del monetario figura en la reducida dactilioteca de dicho departamento.
Esta rica biblioteca hallase abierta al publico todos los días de clase, de nueve a una.


Llombart, Constantí
Valencia antigua y moderna : guía de forasteros, la mas detallada y completa que se conoce / por Constantino LLombart
Valencia : Pascual Aguilar, 1887
XII, [13]-840 p., [1] f. de map. pleg. ; 18 cm

14 abril, 2010

Un minimo argumento.


He aquí las potimistas consideraciones que acerca del avance de nuestra época le inspira, a una novelista moderna una insignificante lapicera con la que juega entre sus manos:
¿Quien dice que no progresamos? Cuando Nefertiti, en el antiguo Egipto, quiso enviar una carta de amor a su esposo, que se hallaba en alguna guerra colonial tuvo que hacer grabar una serie de ladrillos y un mensajero tuvo que llevar varias toneladas de correspondencia a través de todo Egipto. Moisés tuvo que cincelar los diez mandamientos en unas lapidas. Y Lutero escribió su Biblia con una enorme pluma de ave y, cuando apareció el diablo le arrojó el tintero. Pero ahora existe esta perfecta maravilla lapicera.
Seria bueno enfriarle tales entusiasmos color de rosa recordándole que el gas neón que se tiene por tan moderno realmente se estrenó durante el famoso festín de Baltasar con estas 16 letras: Mane, thecel, phares.


Suplemento de EL NACIONAL
Por Antonio Acevedo Escobedo
7 de diciembre de 1947 Nº 36



mane, thecel, phares Palabras hebreas cuyo significado es "pesado, contado, dividido", que, según la Biblia, aparecieron escritas con letras de fuego en el muro del salón donde Baltasar celebraba su última orgía mientras Ciro penetraba en Babilonia. Se mencionan para aludir con ellas al *fin próximo, fatal y *desastroso que se prevé para algo.

12 abril, 2010

Lytton decía....

Edward George Earl Bulwer-Lytton, primer Barón Lytton
(Londres, 25 de mayo de 1803 – Torquay, 18 de enero de 1873)
Novelista, dramaturgo y politico británico.

El Pasado no ha muerto mientras los libros vivan… Las leyes mueren, los libros no mueren nunca.

Bulwer Lytton

11 abril, 2010

Para hacer Tinta purpurina.

Se tomara un huevo, y se le harán dos agujeros por los dos cabos, para que pueda salir la clara, y quede dentro la hiema, el qual después se llenara de azogue, e inmediatamente se sellaran los agujeros con lacra u otra cosa muy fuerte, y se pondrá a cobijar debaxo una gallina, o en estiércol por espacio de quince, o mas días; después se quitará; y verán que tiene un color muy bello para escribir.


Lluís d'Olot (O.F.M.Cap.)
Tratado del origen, y arte de escribir bien ... : obra utilísima para que así maestros como discípulos y quantos se hallaren estudiosos de escribir bien puedan con facilidad aprender todas las formas de letras que usamos en España... / su autor el R. P. Fr. Luis de Olod ... de PP. Capuchinos ..
Barcelona : en la imprenta de Carlos Sapera ... : a costa de Francisco Basols y Bastons..., 1768
[4], 116 p., [25] f. de làm : il. ; fol. (32 cm)

08 abril, 2010

La eterna gala del libro

Retrato de Baltasar Gracián (iglesia de San Miguel -Graus-)

Entre los grandes del espíritu del siglo XVII español, Baltasar Gracián descuella con su profundidad sapiente y la lujosa concisión de su estilo, ese estilo que lo mismo participaba de dos cualidades antitéticas; lo diáfano y lo hermético. Murió el 6 de diciembre de 1658. Entre uno de tantos ditirambos que compuso al libro, elegimos el siguiente:
“Solicitaba un entendido, por todo un ciudadano emporio y aun dicen corte, una casa, que fuese de personas; mas en vano, porque, aunque entré en muchas curioso de todas salió desagradado por hallarlas, cuanto mas vacías de las preciosas virtudes. Guióle ya su dicha a entrar en una y aun única. Y al punto, volviéndose a sus discretos, les dijo:
-“Ya estamos entre personas, esta casa huele a hombres.
-“¿En que lo conoce? –le preguntaron-. Y el:
-¿No veis aquellos vestigios de discreción?
“Y mostroles algunos libros, que estaban a mano.
-“Estas- ponderaba- son las preciosas alhajas de los entendidos ¿Que jardín del Abril, que Aranjuez del Mayo, como una librería selecta? ¿Que convite mas delicioso para el gusto de un discreto, como un culto museo donde se recrea el entendimiento, se enriquece la memoria, se Alimenta la voluntad, se dilata el corazón y el espíritu se satisface? No hay lisonja, no hay fullería para un ingenio como un libro nuevo cada día.
“Las pirámides de Egipto ya acabaron, las torres de Babilonia cayeron, el romano Coliseo pereció, los palacios dorados de Nerón caducaron, todos los milagros del mundo desaparecieron y solos permanecen los inmortales escritos de los sabios que entonces florecieron y los insignes varones, que celebraron. ¿Oh, gran gusto el de leer! Empleo de personas que si no las halla, las hace. Poco vale la riqueza sin la sabiduría y de ordinario andan reñidas. Los que mas tienen menos saben y los que mas saben menos tienen. Que siempre conduce la ignorancia borregos con vellocino de oro.


Suplemento de EL NACIONAL
Por Antonio Acevedo Escobedo
7 de diciembre de 1947 Nº 36

07 abril, 2010

Las obras que arredran

John Milton (Londres, 9 de diciembre de 1608 - ibídem, 8 de noviembre de 1624)

Hasta las gentes menos inclinadas a la afición de la lectura dicen, empleando un tono que a treinta metros de distancia seguiría sonando a falso, que El paraíso perdido de Milton es uno de los libros mas farragosos. Nosotros no vamos a contradecirlos, pues tampoco deseamos incurrir en el falso desplante de afirmar que lo conocemos; pero a la vista de un testimonio reciente que encontramos, nos atrevemos a suponer que la prevención contra el famoso libro se basa en la supervivencia de un inmotivado desden a priori y que en realidad escasas personas de entre aquellos que lo vituperan lo han leído.
Nos brinda pie para tal creencia el hecho de que el ingles Samuel Butler, que en el siglo XIX dio muestras de un espíritu demoledor que en ciertos momentos no desentona junto a la virulencia de Aldous Huxley o Bernard Shaw, incluya en su The way of all flesh un breve dialogo que refleja esta generalizada actitud contra el poeta ciego.
Dice:
-“Oh, no hable de recompensa. Fíjese en Milton, que solo recibió cinco libras por El paraíso perdido.
-“Y fue demasiado
– repliqué con prontitud-, Yo le hubiese dado el doble por no haberlo escrito”.
(En todo caso, se antoja mas ecuánime y sincera la otra opinión igualmente difundida: la de quienes afirman que en La Divina Comedia no han podido pasar del Infierno).

Suplemento de EL NACIONAL
Por Antonio Acevedo Escobedo
7 de diciembre de 1947 Nº 36

05 abril, 2010

Credito de 2.000 pesetas.

Taller para encuadernar documentos manuscritos

Va a instalarse en el Archivo Histórico Nacional

En el Archivo Histórico Nacional va instalarse un taller de encuadernación de manuscritos. El Gobierno acaba de concertar un pequeño crédito de 2.000 pesetas, que permitirán iniciar aquella instalación.
Hemos conversado el sábado con el director del Archivo, don Joaquín González, quien nos explicó la necesidad del taller de encuadernación cuyo proyecto data de hace nueve años.
No se trata, nos dijo, de un procedimiento de conservación de los pergaminos, sino de una medida de seguridad. Actualmente los documentos que están bajo la custodia del Archivo Histórico Nacional se guardan en carpetas rotuladas y cada carpeta encierra una serie de pergaminos referentes al mismo asunto, o pertenecientes a la misma Institución.
Como los documentos encarpetados están sueltos, se corre el riesgo de que un peticionario desaprensivo sustituya algún papel autentico por otro apócrifo, o se lleve un documento, con facilidad. Si estas series se encuadernan, los pergaminos quedan mas seguros, pues su robo o cambio supondría ya mas complicación. En casi todos los Archivos del mundo se emplea este procedimiento, especialmente cuando se trata de colecciones. La labor a realizar por el taller es enorme, pues las carpetas que deberán ser encuadernadas se cuentan por decenas de millares.

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En el presente año se terminará la primera serie de visitas organizadas oficialmente por inspectores archiveros a los archivos diversos de España que no están sometidos a régimen oficial y que, por tanto, guardaban su documentación valiosa en silencio sin un catalogo. El resultado de aquella inspección ha sido fructífero. Puede decirse que esta catalogada toda la documentación existente en España acerca del Clero y de las ordenes religiosas, documentación de importancia trascendental porque encierra un gran caudal histórico. Todos los pergaminos que han sido catalogados representan una cantidad de folios que se elevan a nueve millones.
Muchas veces, nos dice el señor González, no depende de los archiveros el encontrar un documento. Sucede que los investigadores, bien por recelo de les “pisen” una obra en ciernes, o por falta de orientación, piden legajos equivocados. Si expresan sus deseos y sus propósitos al hacer las peticiones podríamos en la mayoría de los casos dirigirnos directamente al documento que buscan, pues los catálogos permiten encontrarlo con gran facilidad.
Por termino medio acuden al Archivo Histórico Nacional de 25 a 30 personas en busca de documentación. Esa cifra no se modifica en verano, pues la ausencia de los genealogistas se compensa por maestros nacionales o profesores de Institutos que aprovechan sus vacaciones para la investigación. Los genealogistas trabajan asiduamente en invierno y algunos se pasan en el Archivo meses enteros.
Claro esta, comenta nuestro interlocutor, que estos trabajan por la cultura, sino con fines productivos. La búsqueda de genealogías permite obtener pingües beneficios. Algunos producen hasta 60.000 pesetas. Interesan a la nobleza y principalmente a los que aspiran a ser cruzados caballeros de algunas de las Ordenes militares.


Las Provincias 29 de agosto de 1929
Valencia

04 abril, 2010

Una Gran Criatura literaria



El novelista José María de Pereda nació cerca de Santander, el 6 de febrero de 1833. Su madre casó a los 13 años y el autor de Peñas arriba fue el hijo numero 22 ¡Que tiempos! La familia quería que fuese artificiero y el joven marchó a Madrid, donde se pasó dos años leyendo novelas y asistiendo a reuniones de literatos. Su primer libro, Escenas montañesas, pasó casi inadvertido y tuvo la singularidad de presentarse al publico con un prologo de Antonio de Trueba en que este fustigaba a sus anchas la novela, en vez de alabarla, como es lo decente –según quienes gustan de proemios.
El novelista era tan dado a la tranquilidad, el confort y la molicie, que trató de fundar una secta de perezosos, para estar sentados y no hacer nada. (¡Y pensar que aquí no hay nada semejante! ¡Que atraso!).
Dos horas antes de morir recibía a sus amigos, que se reunían en su casa, y a uno de ellos, que le recomendaba no hablar porque se fatigaba mucho, le respondió: “Deje usted que me agite; no me quiten ese consuelo.”

Suplemento de EL NACIONAL
Por Antonio Acevedo Escobedo
28 de Enero de 1948. Nº 43

01 abril, 2010

Manuscritos sospechosos


¿Nos hallamos en vísperas del surgimiento de una de esas resonantes supercherías literarias que tan crecido éxito tuvieron en diversas épocas? Cabe plantearse tal pregunta ante el anuncio de que el catedrático español Gómez Moreno realizó el hallazgo , en una casa de Sevilla, de algunos manuscritos de Miguel de Cervantes Saavedra que hasta aquí -¡mire usted que cosas!- se mantuvieron inéditos, Parece ser que datan de la época en que el autor del Quijote paseó sus íntimos quebrantos por la ciudad del Betis, y que describen el ambiente que ahí privaba por entonces.
No esta por demás preguntarse asimismo si los ascendientes y los actuales poseedores de esa casa particular fueron y son tan irremisiblemente lerdos que a lo largo de cuatro siglos bien cumplidos no llegaron a reparar en la prosapia de esos papeles amarillentos; pero eso si, los descubrieron cuando la efemérides universal difunde el nombre de Cervantes por todas las latitudes. Por si eso fuera poco, se adelanta la noticia – a tono con la avidez morbosa de la época- de que los manuscritos en cuestión abundan en pasajes escabrosos, circunstancia por la que tal vez no se entregaron a la imprenta en su oportunidad.
¡Como al Quevedo, Fernando de Rojas, Torres Villarroel, el mismo Cervantes y otros tantos amigos nuestros enmudecidos, no nos hubieran demostrado a su hora la manga ancha de que entonces se gozaba en tales achaques de desenvoltura expresiva!
Conviene por las dudas, ponernos en guardia. Ya hoy difícilmente se tragarían los entendidos el Ossian de un Macpherson o los pastiches seudogriegos de un Pierre de Louys.
Y no vaya a ser que don Artemio del Valle-Arizpe dejara en esa casa algunos originales suyos durante su estancia en España.


Suplemento de EL NACIONAL
Por Antonio Acevedo Escobedo
8 de febrero de 1948 Nº 45