30 mayo, 2008

La clasificación de Cotton.


Retrato de Robert Cotton, atribuido a Cornelis Janssens van Ceulen

Primera pagina del manuscrito de Beowulf

Sir Robert Cotton, era un excéntrico bibliófilo ingles que vivió en el siglo XVII, y que tuvo un curioso sistema de organizar su biblioteca, una colección muy rica que incluía joyas como el único manuscrito conocido de Beowulf, o el Evangelario de Lindisfarne datado en el año 698 aproximadamente, dispuso sus libros en doce librerías, adornada cada una de ellas con un busto de los doce primeros césares. Cuando la Biblioteca del Museo Británico adquirió parte de esta colección, mantuvo el sistema de clasificación de su antiguo dueño, así pues el Evangelario de Lindisfarne tiene como signatura “Cotton MS. Nero D. IV”, porque en su día era el cuarto libro del cuarto estante de la librería sobre la que estaba el busto de Nerón.

"San Mateo" Evangelario de Lindisfarne

29 mayo, 2008

Cita de Chalamov.


Los libros son nuestro mejor patrimonio en la vida, son nuestra inmortalidad. Lamento profundamente no haber poseído nunca una biblioteca.
Varlam Chalamov. “Mis bibliotecas”.

27 mayo, 2008

Letra Tortis

Justiniano. Corpus Juris Civilis. Baptista de Tortis.Venecia;1496 .Donald Jackson Collection.

Llamase Tortis, a la escritura gótica degenerada que suaviza la curva primitiva, su nombre viene de los tipos que usaba un impresor en Venecia llamado Bautista Tortis, el cual se le halla en la citada ciudad usando dicho tipo, del 1481 al 1514, y por sus impresiones hechas con esmero y corrección, mereció que la llamaran impresión Tortis; así como a las de los Elzevir se dicen Elzevirianas. No es extraño que su nombre los diera a los tipos en los primeros tiempos de la imprenta; pues que en todo Italia los tipos que tenían algo de curva gótica desaparecieron, y de un modo especial en las imprentas de Venecia.
En España vemos estos tipos en las impresiones de Valencia del 1484, en el Conentum impreso por Fernández de Córdoba. En la Cantica y Officium B.M. Virgine atribuido al impresor Lamberto Palmart en 1485-86. Brebe tratado para la confesión del 1493, y el Cordial del anima de 1495, etc. En Sevilla se encuentra en tipo Tortis, El tratado sobre San Mateo del 1491 y el Vergel de Consolación del 1498, atribuidos a Pablo de Colonia y Juan de Nuramberga. En Zaragoza se imprimió mucho con Tortis. Se puede decir que en España este tipo predomino hasta la mitad del siglo XVI.
Z. Nased Legna

Receta para hacer transparente el papel.

Para hacer transparente el papel de escribir.
Copiamos del “Buchdruquer Woche” las siguientes formulas:
En una vasija esmaltada del tamaño a propósito, échese 50 partes e resina de dárnara (comprada en grandes pedazos transparentes y pulverizada), 80 partes de resina de colofonia (que también se comprara en pedazos y se pulverizara), 25 partes del mejor alcanfor y 5 partes de trementina veneciana amarilla. La vasija debe ser mucho mas grande que el volumen de los materiales, de modo que al llenarse estos, queden a medio llenar. Se calienta luego al baño maría hasta que el contenido se derrita, pero teniendo cuidado de que no prenda. Si esto sucediera, debe ponerse la tapa inmediatamente sobre la vasija, a fin de extinguir la llama. Cuando este la solución, se da una capa de ella al papel por un lado con una brocha suave, y se coloca este horizontalmente en un tablero u otro sitio apropósito para que se seque. Si no estuviese el papel bastante transparente después de este procedimiento, debe aplicársele otra capa mas fuerte de la solución y si fuere necesario una tercera hasta que obtenga una transparencia uniforme.
La otra formula se compone de 10 partes de parafina, 20 partes de bálsamo de Canadá, 5 partes de alcanfor y 153 partes de alcohol rectificado. Con esta formula hay que tener cuidado de que la solución no se ensucie, así como al manejarla, púes la trementina es muy inflamable. La vasija debe tenerse bien cerrada, pues la evaporación de la trementina vuelve al hervir demasiado espesa.

26 mayo, 2008

Raros, preciosos y curiosos.

CAPÍTULO XIII.

Ahora bien, los libros son: raros y preciosos, raros y no preciosos, preciosos y no raros, y simplemente curiosos. Raros son aquellos de que no se conocen mas que uno, dos o algunos muy pocos ejemplares, y esta sola circunstancia ya les da cierto carácter de preciosos, aunque no baste ella sola: preciosos, los que a sus escelentes condiciones tipográficas y lujo de ornamentación y encuadernación, reúnen un valor literario y moral, que eleva su estimación y su precio a cifras respetables: raros y no preciosos, aquellos de que solo se conocen uno, dos o algunos pocos mas ejemplares, y que por sola esta razón y sin tener en si mismos valor alguno literario ni tipográfico, son buscados por los amateurs o bibliófilos: preciosos y no raros, los que aun siendo numerosos, por su gran valor moral, literario y tipográfico, merecen una especial predilección y alta estima de bibliófilos y bibliógrafos: curiosos, los que tienen algunas circunstancias literarias, morales o tipográficas y de ornamentación, que los hacen apreciables y dignos de una conservación algo mas esmerada.
En todos estos casos entra por mucho la antigüedad, y un mal ejemplar de cualquier edición incunable o de principios y aun finales del siglo XVI, vale mas que uno mejor del siguiente o del XVIII.
Añadiríamos una clase que llamaríamos libros príncipes, y serian aquellos que reunieran en si y en alto grado las cualidades de rareza, preciosidad y curiosidad, sin que por esto deban confundirse con los procedentes de las llamadas ediciones príncipes, v.gr.: los primeros INCUNABLES.
Aplicando estas reglas de los libros a los manuscritos, diremos que un códice, diploma, proceso, pergamino o papel es raro cuando no se encuentran de su clase mas que uno, dos o algunos muy pocos ejemplares, o tal vez uno solo por lo regular, como sucede en códices y diplomas; precioso, cuando a sus escelentes condiciones caligráficas y paleográficas y lujo de ornamentación y encuadernación, reúnen un valor literario, científico y moral, que eleva su estimación y su precio a cifras considerables. Y a propósito, conviene advertir que la preciosidad de los códices, pergaminos y demás objetos del material científico de los archivos, lo mismo que de las bibliotecas, pero especialmente aquellos, no solo esta en la materia sino también en la forma, y no solo en la forma material, sino en el forma intelectual o moral, y además en las circunstancias de su procedencia, etc.; así, v. gr.: un pequeño y sucio trozo de pergamino de antiquísimo archivo y de fecha notable por su antigüedad y otras causas políticas y morales, y porque en ella se contiene un dato importante, no espreso en las viejas crónicas, es raro y precioso; y su preciosidad no proviene ni de la rica vitela, ni de las lujosas iluminaciones, ni bellos caracteres; y su feísima letra es muy hermosa para los inteligentes mas que todos los floreos caligráficos del P. Vespasiano de Iciar, de Lucas o de Iturzaeta. Deberán, por punto general, considerarse como preciosos los códices en pergamino, vitela o papel, anteriores a los siglos XII o XIII y aun al XV, los pergaminos de siglos anteriores al XIII o XIV, los sellos, aunque sean de municipalidades, gremios, cofradías, hermandades religiosas o políticas, universidades literarias o concegiles, y aun de particulares, anteriores al siglo XVI. Raros y no preciosos, aquellos códices, diplomas, sellos, etc.; que no son numerosos, pero tampoco notables, por algún concepto. Y aunque tenemos dicho que la escasez o rareza de los documentos antiguos da en general a todos cierta preciosidad, es preciso confesar que cual sucede en archivos dependientes de la antigua Corona aragonesa, y otros con las apocas en pergamino y papel, censales, laudos, albaranes, etc., que ascienden a muchas centenas de millar y aun millones; tales documentos ni pueden llamarse raros ni preciosos, mas que en un sentido lato o menos estricto. Pudiera llamárseles curiosos, y ni aun esto en realidad, pero todos son apreciabilísimos y dignos del mayor respeto y de la mas cumplida conservación. Preciosos y no raros los hay especialmente en Códices, Bulas y Privilegios Reales, que reúnen al gran lujo de ornamentación, un hermoso carácter y no mal lenguaje, y algunas otras circunstancias importantes a la vida publica y privada ya a las glorias nacionales: son muchísimos los preciosos y por ende no raros.
Curiosos llamaremos a los documentos que, sin ser preciosos ni raros, contienen algunas circunstancias que los hacen apreciables, v. gr.: un cartel de duelo o desafío del siglo XIV, en que su autor dirige ciertos dicterios a su enemigo, en el lenguaje caballeresco de entonces; unas cuentas de Obras Reales de igual fecha en que se describe el mueblage ropas de la Cámara Regia de aquellos tiempos, y así otros a este tenor.
Pag.248-250

Morón y Liminiana, José
Metodología diplomática o Manual de arquivonomía : tratado teórico-práctico del orden que debe observarse en los archivos... / por José Morón y Liminiana
Valencia : Imp. de la viuda de Ayoldi, 1879
280 p. ; 18 cm

23 mayo, 2008

Senefelder inventor de la Litografía.


Retrato de Senefelder (1818)
Lorenz Quaglio (1793 - 1869)
litografía
National Gallery of Australia

Luís Senefelder, hijo de un artista dramático, es el inventor de la Litografía.
Nació en Praga el 6 de noviembre de 1771. Al morir su padre abandono sus estudios de derecho, para poder sostener a su familia, lanzándose a la escena se dedicó a escribir obras teatrales, no teniendo mucho éxito con ellas, y cuando quiso imprimirlas no encontró quien lo hiciera.
Un día, según cuenta una leyenda, se encontraba muy apurado, ya que al presentarle una cuenta no podía pagarla, y al querer quedarse con el contenido de dicha factura, cogió una piedra y transcribió la cuenta con una pluma sobre ella, pasado el tiempo, y una vez pagada la factura, quiso borrarla de la piedra, pero lo dejo correr, y después de un tiempo, en el que intentaba que los editores imprimieran su trabajo, le sobrevino una idea; cogiendo una botella que contenía agua fuerte, derramó el liquido sobre la piedra y vió con sorpresa que los caracteres trazados quedaban en relieve, atacando solo el acido la piedra, respetando la tinta.
Este acontecimiento sucedido de un modo maravilloso, dio origen a grandes investigaciones y experimentos que Senefelder realizó, ya sea por el deseo que tenia en querer imprimir sus obras teatrales, ya también por el de mejorar su difícil situación económica.
Sea o no cierta esta leyenda, solo podemos decir que Senefelder es una gran figura y que el inventó la tinta, los lápices y hasta la prensa para la estampación litográfica, y que a su industria y talento se debe el invento de la Litografía tal y como la conocemos, pues a su muerte acaecida en Munich en 1834, era mundial el conocimiento de este prodigio que tan magníficamente contribuye a propagar el arte de la pintura en el libro, y fuera del libro.

21 mayo, 2008

El Scriptorium



CAPÍTULO XIII.- SALAS ESPECIALES.
El Scriptorium ó escritorio era en las antigua abadías y monasterios el local, sala o apartamento destinado a la ejecución de los códices que se escribían por los monjes copiantes, llamados comúnmente Antiqüari, y Chrysigraphii, a los que los adornaban ricamente; recinto sagrado e inviolable contiguo al ábside e inmediatamente importante a la Iglesia y al Tesoro, formado de una sala cuadrangular espaciosa, o de celdas comunicantes por un claustro, según aun se ve en los monasterios de S. Gall y de Claraval, el primero del siglo VIII al IX. Recibía luces de un patio arbolado, y por el interior de la casa la pieza mas cercana era la sala capitular, a la vez la mas silenciosa. Su régimen era el mas absoluto silencio, y mientras los copiantes trabajaban, nadie podía entrar en el, salvo el Abad y el bibliotecario llamado por otro nombre armarius, que les suministraba las materias escriptorias; y para que los domésticos no causaran distracciones con sus entradas y salidas, iluminabase con lámparas, que ellas mismas se proveían de aceite, a la manera de nuestros quinqués. (Véase la notabilísima Memoria laureada por la Biblioteca Nacional en el concurso bibliográfico de Enero de 1859, obra del distinguido anticuario D. José de Egúren, titulada “Memoria descriptiva de los CÓDICES NOTABLES, conservados en los archivos eclesiásticos de España”.- Madrid.- Rivadeneyra.- 1859.- Paginas 73 a 82).

Morón y Liminiana, José
Metodología diplomática o Manual de arquivonomía : tratado teórico-práctico del orden que debe observarse en los archivos... / por José Morón y Liminiana
Valencia : Imp. de la viuda de Ayoldi, 1879
280 p. ; 18 cm

19 mayo, 2008

El Marques de Salamanca y el robo del "Tirant lo Blanch"



José María de Salamanca y Mayol (Málaga, 23 de mayo de 1811 - †Carabanchel Bajo (Madrid) 1883). Marqués de Salamanca, Conde de Los Llanos, fue un opulento hombre de negocios, promotor del ferrocarril entre Madrid y Aranjuez, jugador de bolsa, urbanizador del barrio madrileño que lleva su nombre y gran bibliófilo.
El Marques hombre de gran fortuna, tuvo el gusto de acumular libros magníficos, en una proporción que aun hoy en día es difícil imaginar. En un reto a si mismo, y para consumar su placer bibliófilo se propuso reconstruir la biblioteca de Don Quijote, basándose en la selección que de la misma hacen el rector y el barbero. No le fue difícil conseguirlo, excepto por un determinado libro, El Tirant lo Blanch, de Joanot Martorell, un incunable de 1490, del cual el marques solo tenia noticia de un ejemplar conservado en la Biblioteca de la Universidad de Valencia, y de otro, que el, personalmente había tenido en sus manos, en un viaje que hizo a Portugal, y que después de hojear con indiferencia y sin hacer ningún comentario a su anfitrión, devolvió a la estantería donde descansaba, eso si, memorizando su localización exacta en la librería.

El Marques acostumbrado a conseguir lo que quería, se propuso conseguir el Tirant, y como no podía esperar que su dueño, un noble lusitano de gran fortuna quisiera desprenderse de el, acudió a la vía rápida y para ello contrató a dos sujetos sin escrúpulos, a los que envió a Portugal con un encargo concreto: robar el libro, dándoles su localización precisa, cosa que los dos ladrones cumplieron a su total satisfacción, de esta manera el Marques pudo completar la lista cervantina. Parece ser que la victima del robo opto por el silencio, ya que su adquisición del Tirant tampoco había sido muy ortodoxa.

17 mayo, 2008

La Religiosa instruida.



Agrícola de la Mère de Dieu (O.C.D.)
La religiosa instruida, y dirigida en todos los estados de la vida, con
diálogos familiares : Obra muy útil, no solo para las religiosas, sino
también para los Religiosos, personas devotas, y todos los fieles, que
quieren servir á Dios con zelo, y llegar à la perfección de sus
estados / Escrita en Francés por un Religioso Carmelita Descalzo y
traducida al castellano por el Padre fray Joseph Quiles ... del Orden
de Predicadores ; Dividido en dos partes
En Murcia : a expensas de Francisco Benedito ..., 1774
[12], 451, [5] p. ; 4º (22 cm)


DIALOGO XXII

Sobre la Licion de los buenos libros.
[...]

Religiosa. Que medios se han de tomar para no engañarse en la elección
de los libros, que se quieren leer?
Director. Se han de observar las reglas siguientes. I. Es necessario
consultar, sobre cada libro, que se lee, o que se intenta leer, a un
Director ilustrado, y de una doctrina aprobada. 2. Jamás leer libro
alguno contra la voluntad de sus Superiores, por mas que desee lerlo.
3. Mortificar esta curiosidad tan natural de ver todo quanto se
escrive, y quanto hay de nuevo.
Estas son las reglas que debe dictar la prudencia a las mugeres,
mayormente en este siglo, en que hay tantos libros llenos de errores,
condenados por la Iglesia; tantos libros, cuya doctrina es toda, o en
parte sospechosa; tantos libros llenos de máximas, que no tienen otro
fin, que desacreditar los mas santos, y antiguos exercicios, que
destruirlos, para sustituir en su lugar otros nuevos.

pag. 117-118
--

15 mayo, 2008

Un Arcediano ladrón

El Arcediano de Tortosa y hebraísta, Orchell y Ferrer, no solo negaba su perversa cleptomanía, sino que la justificaba con altos y poderosos argumentos de canonista. Según Rodríguez Marín que fue Director de la Biblioteca Nacional, en un pequeño folleto que tituló “Reglas para hurtar libros” dice que el Arcediano Mayor de Tortosa solo practicaba el hurto a condición que concurriesen todas estas condiciones:

1º.- Que el libro no fuese venal en las librerías.

2º.- Que su poseedor no fuera capaz de venderle o regalarle el ejemplar.

3º.- Que la posesión del libro le fuera de utilidad, por estar relacionado con alguno de sus estudios eruditos, y no en otro caso.

4º.- Que el poseedor no lo pudiera o no lo quisiera utilizar: “De forma que no saque de el mas partido que el que sacan los eunucos de las esclavas del serrallo”.

5º.- Que se de la ocasión propicia para cometer el hurto.

Francisco Pascual Orchell y Ferrer (Valencia, 25 de septiembre 1762 - 1825), filólogo, hebraísta, arabista, orientalista español.
Estudió en Valencia Filosofía, Teología y ambos derechos, dedicándose después al estudio del griego y las lenguas orientales. Se consideró un discípulo del ilustrado Francisco Pérez Bayer. Conocía, aparte del hebreo y del griego, el caldeo, siríaco, rabínico y árabe. Obtuvo el arcedianato de Tortosa. Catedrático de lengua hebrea en 1789, pasó a regentar cátedra de hebreo en los Estudios de San Isidro, Madrid, en 1799. Durante el reinado de José I se le hizo miembro de la Orden Real de España y de la nueva Academia Nacional, pese a su patriotismo, por lo que luego no fue molestado. Fue luego catedrático de hebreo en la Universidad central, tercera enseñanza, en 1823. Fue inventor del llamado triángulo volcánico aplicado al hebreo, una teoría científica que pretende explicar la emisión de la voz. Tuvo numerosos discípulos, entre ellos Luís de Usoz y Antonio María Blanco.

14 mayo, 2008

Icono del Monte Athos. (Siglo XIV)

Juan Damasceno, San
Historia de los dos soldados de Christo, Barlaan y Iosafat / Escrita por San Juan Damasceno, Doctor e la Yglesia Griega. Dirigida al illustrissimo y Reuerendissimo don Fr. Diego de Mardones, Obispo de Cordoua, Confessor de su Magestad, y de su Consejo, &c. mi señor.
En Madrid : en la Imprenta Real, 1608 (por Juan Flamenco)
[12], 215 f., [1] f. en bl. ; 8º (15 cm)


DEDICATORIA
AL ILVSTRISSmo, Y REVERENDISSIMO Don Fr. Diego de Mardones, Obispo de Cordoua, Confessor de su Magestad, y de su Consejo, &c. mi señor. El Licenciado Arce Solorzeno su Letrado de Camara. S.F.E.

SIENDO de edad de quinze años (señor ilustrissimo) escrivi la historia Euangelica, que dirigi a V. Señoria, y continuadamente antes de cumplir los diez y seys, traduxe esta historia, en las horas desocupadas de mis principales estudios. Vieronla amigos curiosos; encarecieronla, como cosa escrita por tan docto, y gran Santo. Alabaron el zelo que tuue en traduzir en nuestra lengua, para consuelo y edificacion de los que no son latinos: pidierònme le diuulgasse, protestando, q de no hazerlo se perderia el grâ aprouechamiento que della se puede seguir a las almas; cuya exortacion me dio fuerças para atropellar el temor de la murmuracion. Y animòme sobre esto, el ver que se me ofrecia ocasion de hazer algun servicio a vuestra Señoria, dedicandola a su ilustrissimo nombre. Recibala pues en su proteccion, y con su acostumbrada generosidad la ampare, que siendo assi (como espero) perderàn pie los emulos, y detractores; cobrara autoridad la obra, y yo nueuo animo, para sacar a luz cosas mayores (que en varias facultades tengo escritas) y seruir con ellas a vuestra Señoria ilustrissima y reuerendissima, cuya persona y estado conserue, y aumête el cielo largos años, para hazer mercedes a este su menor criado, que sus pies besa.

Gregorio Marañón.


Preguntaron una vez a Gregorio Marañón en los Estados Unidos lo que él, de no ser medico, hubiera querido ser. Y Marañón respondió al periodista, sin vacilar: “Librero, librero de libros antiguos y raros”. A las claras y terminantes palabras añadió algunas mas en elogio de esa profesión. Es, dijo, “un oficio que tiene todas las delicadezas de una elevada artesanía y todas las complicaciones de una finísima ciencia”.

12 mayo, 2008

Código de la Bibliofilia Moderna

Según Maurice Robert, en su obra Código de la Bibliofilia Moderna, editada en Paris en 1936, en el titulo segundo dedicado al bibliófilo dice:

Art. 1º. Un bibliófilo es un señor, que, como su nombre indica, ama los libros.

Art. 2º. Hay dos clases de bibliófilos: los auténticos y los falsos.

Art. 3º. Deben ser considerados como falsos bibliófilos los que, en un libro buscan ante todo su rareza o singularidad.

Art.4º. De peor condición deben considerarse los que, llevados por un espíritu de lucro, no ven en el libro sino un objeto de especulación pecuniaria. Una justicia inmanente hace que sea generalmente frustrada esa culpable ambición.

Art.5º. El verdadero bibliófilo es aquel que exige de un libro calidad de texto, belleza de ilustraciones, excelencia artística y técnica en su presentación.

Art.6º. El verdadero bibliófilo posee una biblioteca que conserva su valor constante, y constituye para el una verdadera fuente de goce espiritual. Él solamente tiene derecho al titulo de bibliófilo Moderno.

Otros Títulos del Código citado tratan del Libro, del Arte de comprar, del Texto y del Ilustrador.

08 mayo, 2008

Una biblioteca señorial en el siglo XVII.

En esta época todos los miembros del estamento nobiliario tenían su biblioteca, llamadas librerías, evidentemente no todas eran iguales en calidad y cantidad de fondos, pero cada una de ellas reflejaba la personalidad y el gusto de sus dueños. Una de estas librerías fue la de Don Antonio Mexía de Tovar y Paz, tercer conde de Molina de Herrera, caballero de Santiago y embajador en Francia, Venecia, Holanda e Inglaterra. Era un gran aficionado a la pintura y debido a sus viajes se hizo con una importante colección de cuadros con obras de artistas italianos, flamencos, ingleses y españoles.
Don Antonio falleció en Madrid el 29 de noviembre de 1674 y enseguida se empezó a inventariar y tasar sus bienes para proceder a la almoneda, la tasación de libros se hizo el 28 de enero de 1675 por Gil Drable “maestro librero”.
La biblioteca constaba de 78 títulos con un total de 98 volúmenes, un numero no muy alto pero de una calidad considerable, hay obras en francés, alguna en portugués y en italiano, y los temas tratados son la religión, política, filosofía, historia descriptiva algunos clásicos, y muy pocas obras profanas.
Entre los autores cabe señalar a Eusebio Nieremberg, Calvete de Estrella, Tito Livio, Juan de Mariana, Garibay, Teresa de Jesús, Antonio Pérez, Raimundo Lullio, Quevedo y un largo etc.
En su testamento fechado el 9 de septiembre de 1674 se declara señor de las villas de Monterrubio, Santo Domingo, Pozanco, Tobar y Molina de Herrera.

04 mayo, 2008

El manuscrito de Johannes Tinctoris.

Portada del manuscrito, con el retrato de Tinctoris.

El códice manuscrito del siglo XV que trata de Música contiene casi todas las obras teóricas de Juan Tinctoris, procedente de la Biblioteca del Duque de Calabria. Comprende nueve de los once tratados de música de Juan Tinctoris, teórico y compositor neerlandés del siglo XV, que residió en Nápoles como cantor de la capilla del rey Fernando I, falta el tratado décimo, que es un definidor de los términos musicales, una especie de diccionario abreviado de términos técnicos de música, y el undecimo que trata de los efectos que la música produce. Pero los mas esenciales del sistema musical utilizado en el siglo XV, son los nueve primeros.
Pocos son los datos biográficos relativos a Tinctoris, cuando la ciudad de Nivelles quiso erigirle un monumento, creyendo ser la patria del mismo, surgió la llamada cuestión Tinctoris, discutiéndose cual había sido su cuna. No hay ningún documento que pruebe el nacimiento de este autor en Nivelles, el primer autor que lanzo la noticia fue Trithème, alemán y contemporáneo suyo, quien habla de Tinctoris diciendo se oriundus de Nivelles.
El investigador Luís Galesloot, halló en los registros de la Universidad de Lovaina la inscripción de este, según este documento Tinctoris, ya Maestro en Artes, viene a la Universidad a seguir un curso de Teología o Derecho canónico. Pero faltaba el lugar de nacimiento, y se localizo gracias a la inscripción en la Universidad de su hermano Jaime Tinctoris, procedente de la ciudad de Poperinghe, en la provincia belga llamada Flandes Occidental, así pues Tinctoris era flamenco
Edmon van der Straeten cree que Tinctoris nacería hacia el año 1446, y hacia 1471 se matriculo en la Universidad de Lovaina. Su muerte esta mas clara, falleció el 12 de octubre de 1511 en Nivelles.
El mismo Tinctoris nos dice en su tratado sobre los Efectos de la música que desde su mas tierna infancia se dedicó a los estudios musicales, esto es todo lo que sabemos de sus primeros estudios.
Ya en Paris conocería a Okeghem, chantre de Felipe el Bueno y llamado Padre del contrapunto, a él y a Antonio Busnois (chantre de Carlos el Temerario)dedica su segundo tratado De la naturaleza y propiedad de los tonos.
Hacia 1475 abandonó Lovaina, instalándose en Nápoles con el titulo de Magíster artium, era profesor de música y capellán del rey.
Una de las causas principales de que nos falten datos de su biografía, ha sido la destrucción de los archivos napolitanos en 1647, primero por la revolución de Masaniello y en 1701 por la de Macchia, pero una carta escrita por Juan Pontanus en nombre del rey en 1487, en la cual se le da la misión a Tinctoris de ir a buscar en Francia y Alemania los cantores mas famosos para la capilla del rey. Después de esto poco mas sabemos de su vida, hasta el documento de nombramiento de su sucesor en su plaza en Nivelles tras su muerte.

Estos son los 11 tratados.
1.- Expositio musicalis manus.
2.- De natura et proprietate tonorum.
3.- De notis et pausis musicalibus.
4.- De regulari valore notarum.
5.- De imperfectione notarum.
6.- De alteratione notarum.
7.- De puncéis musicalibus.
8.- De arte et formatione contrapuncti.
9.- Proportionale musites.
10.- Diffinitorium musicae.
11.- Complexus effectuum musites.

Estos once tratados están escritos en el mismo orden en el que aparecen en los códices, es una forma didáctica progresiva, los siete primeros son elementales y progresivos hasta llegar al octavo sobre el contrapunto, materia superior dentro de la composición. Seguiría el de las proporciones de la música, y los dos últimos el diccionario de términos técnicos, y el ultimo el de los efectos de la música.