30 septiembre, 2008

Lección de los santos libros.


“La lección de los santos libros nos enseña el camino derecho de vivir, los exemplos nos provocan a imitación y do ha de ser el ánima recreada, en los quales más has de buscar la consolación espiritual que la sabiduría: no leas por ser tenido por docto, sino por ser devoto.”

Diego de Estella, Primera parte del libro de la vanidad del mundo; Alcalá de Henares, Juan Gracián, 1597

29 septiembre, 2008

La librería de Trifón.


El poeta satírico Marcial que vivió hacia finales del siglo I y principios del II, distribuía sus obras al menos en cuatro libreros diferentes, de los cuales tres disponían de distintas clases de ediciones. La librería de Trifón vendía copias baratas, a este respecto dice Marcial de una publicación suya reciente:

“Todos los regalos que hay en este pequeño libro,
te costarán cuatro escudos.
Cuatro, ¡oh qué precio subido!
Quizás los tengas por dos.
Y aún podrá lograr un mínimo lucro el librero Trifón.”

26 septiembre, 2008

Fray Luis de Granada dice...


"Veemos que uno de los grandes artificios que han tenido los hereges de nuestros tiempos para pervertir los hombres, ha sido derramar por todas partes libros de sus blasphemias. Pues si tanta parte es la mentira pintada con los colores de las palabras para engañar: quanto más lo será la verdad bien explicada y declarada con sana doctrina para aprovechar."

Luis de Granada. Introducción al symbolo de la fe. Salamanca, 1585

25 septiembre, 2008

Leed, para no caer....


“Españoles, hombres de bien de todas las naciones y lugares del mundo, velad, oíd, leed, para no caer en el lazo, o para salir de el, si habéis caído. Guardaos de Napoleón, y de todos los suyo: ya veis lo que acaba de hacer con nuestro Rey, y con nuestro reyno. Ya veis la conducta sacrílega, pérfida, sanguinaria, inhumana, irreligiosa de sus generales Murat Sabari, Dupont, Gover, Vedél, Duhesme, Lechi, Sabrán, Moncey, Bessieres, Junot, Kelermán, y todos los demás gefes y subalternos de los grandes exercitos de ladrones públicos, asesinos bárbaros y estrupadores brutales, que introduxo en nuestro territorio, con capa de amistad, y prometiendo felicidades.....”


Despertador Christiano-Politico. Por D. Simón López, Presbítero del Oratorio D.S.F.N. Se manifiesta que los autores del trastorno universal de la Iglesia, y de la Monarquía, son los filósofos Franc-masones: se descubren las artes diabólicas de que se valen, y se apuntan los medios para atajar sus progresos.
En Murcia; Por la viuda de Muñiz, e hijo. Se hallará en la librería de Benedito en la Trapería

24 septiembre, 2008

Pedro Mexía a favor de la imprenta.


El escritor Pedro Mexía, ve en el nuevo arte tipográfico el mejor invento del hombre....

De lo qual han redundado que tanta multitud de libros que estavan perdidos y escondidos han salido a la luz... y con menos gastos y trabajos se an libros, e se conoscen diversas cosas y materias, que en ellos están escriptas. En lo qual avía grande dificultad y trabajo en la falta dellos, que no se sabían o no se podían aver los auctores grandes y antiguos: y assí no eran tan universales los estudios.

Mexía, Pedro
Silva de varia lección. Sevilla, Fernando Díaz; 1587

23 septiembre, 2008

Los Libros de Horas.



El Libro de Horas fue formándose a lo largo del siglo XIII, cuando se le adiciona al Salterio (libro de rezos seguido por los fieles en esa época) una serie de devociones que los monjes habían ido añadiendo a su Breviario a partir del siglo X. Eran estas: El oficio parvo, los salmos penitenciales, las letanías y el oficio de difuntos. En el siglo XIV existe ya el Libro de Horas como tal, pero es durante el XV cuando su uso se difunde en gran manera, llegando a ser una verdadera industria la producción de estos libros a mediados del siglo. Todo fiel que se preciase procuraba tener su Libro de Horas, del que no se apartaba, ya que debido a su tamaño reducido, permitía a su dueño llevarlo siempre consigo.

Muchas viñetas ilustraban los principales pasajes, y junto a una encuadernación lujosa, hacia de estos libros verdaderas joyas. Ejemplo de esto ultimo son los Libros de Horas de Felipe el Bueno y de Margarita de Borgoña.
En un Libro de Horas no puede faltar: Calendario, oficio parvo o pequeño oficio de la Virgen , salmos penitenciales, letanías, sufragios y oficios de difuntos, el que contengan estos textos permiten diferenciarlos de otro libros de rezos como son el Salterio Diurnal, el Breviario o los Devocionarios.
La escuela de Paris llego al culmen de su producción de estos libros, con Les très riches heures du duc de Berry, obra de los hermanos Limbourg.


Leroquais, Victor
Les livres d'Heures manuscrits de la Bibliotheque Nationale. Paris; 1927

22 septiembre, 2008

Al benigno lector y también al detractor.

OCTAVA AL BENICNO LECTOR

Que mi buen çelo mires, te soplico,
Lector quando leyeres esta historia,
Thessoro hes de virtud, dexa la escoria
Y escoxe lo que puede hazerte rico,
Perlas y horo hallaras, te sertifico,
De donde sacar puede tu memoria
Caudal para alcanzar despues la gloria
Si en tus manos se hallare y no en el pico.

OCTAVA AL DETRACTOR


No puede dezir bien el imbidiosso,
Ni el simple conosser la cossa buena,
Ni el detractor dexar dezer hodiosso
Con su lengua mordas de bien axena.
Quien toca por ver si hes maliciosso
Tome la pluma, escriva, pues condena
Con lengua larga y la mano escassa
Los axenos trabaxos que no passa.


Gauna, Felipe de
Relación de las fiestas celebradas en Valencia con motivo del casamiento de Felipe III.
Mss.

19 septiembre, 2008

La marca tipográfica.


La marca tipográfica grabada en madera a partir del siglo XV. Simple sigla a menudo, que reproducía en un principio sobre fondo negro el signo que libreros e impresores trazaban sobre los fardos de libros que enviaban a sus corresponsales para facilitar el transporte, e impresa luego, a seguida del colofón o en una pagina del ultimo cuaderno dejada en blanco, no tardó la marca en convertirse en una verdadera ilustración publicitaria destinada no solo a indicar el origen del libro, sino también a adornarlo y a proclamar su calidad. En adelante, libreros y editores reproducirían en ella el emblema de su taller y el mote de su divisa, y cuando la moda de las alegorías y de las representaciones inspiradas en la antigüedad tomo carta de naturaleza en la época del humanismo triunfante, viose aparecer en las marcas tipográficas todo el simbolismo a las veces complicado: Aldo eligió un ancla, Kerver un unicornio, Estienne un olivo y Galiot Du Pré un navío (galera). Al mismo tiempo, la marca, relegada primeramente al fin del volumen, pasó a decorar la portada, uso que comenzó a generalizarse desde las postrimerías del siglo XV.


Febvre, Lucien
La aparición del libro / Lucien Febvre, Henri-Jean Martin ; avec le concours de Anne Basanoff... [et al.] ; traducción al español Agustín Millares Carlo
México : Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana, 1962
439 p., XXXII p. de làm. ; 24 cm

18 septiembre, 2008

El bombardeo de 1812.

En al bombardeo de la Universidad desapareció la magnifica colección de libros que el ilustre patricio D. Francisco Pérez Bayer donó en vida a la Ciudad de Valencia para uso de su Escuela, aumentada después por varias adquisiciones que hizo el Claustro, entre ella la de los libros y manuscritos de D. Juan Bautista Muñoz. El numero total de sus volúmenes se aproximaba a 30.000. De su riqueza nos ha dejado referencias el Pabordre Liñán, que estuvo encargado de esta grandiosa Biblioteca antes de su extinción.
El gobierno de esta Biblioteca recibió en el Plan de Blasco una reglamentación esmerada. Mientras vivió el donante, se le reservó el nombramiento de los bibliotecarios, que eran tres: uno mayor y dos segundos. después fueron nombrados por la Junta del Patronato, a propuesta del Rector y Claustro. Para ser Bibliotecario mayor se necesitaba ser Doctor, versado en las Lenguas Hebrea y Griega, y de conocida erudición y doctrina. Tenia obligación de enseñar en la Biblioteca la Historia Literaria a los que quisieran aprenderla bajo su dirección. Los Bibliotecarios segundos debían conocer, por lo menos, la Lengua Griega, y uno de ellos estaba encargado de la Cátedra de Lengua Árabe, formando parte, como Catedrático perpetuo, del Claustro de Lenguas.
La Biblioteca, durante el curso, estaba abierta tres horas por la mañana y dos por la tarde, mas los días feriados en que había Grados o conclusiones.
Para el goce de honores y privilegios, el Bibliotecario mayor estaba equiparado a los Catedráticos perpetuos, y a los temporales los Bibliotecarios segundos.
Mandaba el Plan que cuando la Universidad percibiese la pensión sobre el Arzobispado de Valencia y hubiese completado el fondo para las impresiones, se destinasen todos los años 6.000 reales para el aumento y conservación de los libros de la Biblioteca.
Cada año se nombraban dos Catedráticos para reconocer la Biblioteca en el mes de Julio, y los libros que encontraban de menos se reponían a costa de los Bibliotecarios. Por este trabajo percibían los Catedráticos Visitadores 300 reales cada uno.
Los Catedráticos Breva y Roméu, que ejercieron este cargo en 1806, manifestaron en su informe que ni en la Biblioteca de la Universidad ni en la del Jardín Botánico habían notado falta alguna; pero “que se echaban de menos Índices bien formados, pues en los actuales, revisados en las anteriores visitas, habían encontrado y enmendado algunas equivocaciones, y estantes donde colocar muchos libros, los cuales, metidos en cajones, eran pasto de la polilla e inservibles para el publico”. En el año 1807 la Biblioteca recibió un importante legado del Catedrático y Pabordre difunto D. Domingo Mascarós, cuya memoria honró el Claustro, acordando colocar su retrato en la Biblioteca, como bienhechor de ella.
Esta valiosa biblioteca, a costa de tantos afanes reunida, fue devorada por las llamas, en el bombardeo que sufrió la ciudad el 7 de enero de 1812.

Riba García, Carlos
La Universidad valentina en los años de la guerra de la Independencia (1807-1815), datos y documentos para su historia : discurso leído en la solemne apertura de los estudios del año académico de 1910 a 1911 / por Carlos Riba y García
Valencia : Universidad Literaria de Valencia, 1910

16 septiembre, 2008

Cualquiera le devuelve el libro.....

"Si este libro se perdiese como suele acontecer suplico a quien se lo allare si me lo quiere bolver si quiere saver mi nombre aqui bajo lo pondre aquel que se lo encontrare le dare de merendar con un palo de nogal que Rompe costillas y no hace mal."
Soy del Dr. Antonio Castany



"Sy este libro se pierde como suele a conteser suplico a quien se lo állare si me lo quiere bolver suplico a quien se lo allare si me lo quiere bolver y si quiere saber mi nombre aqui bajo lo pondre."
Dn. Antonio Castany de nacion Ytaliana


Anotaciones manuscritas en las hojas de guarda de un libro del siglo XVIII.

15 septiembre, 2008

Peligros de leer libros de Medicina.

205. Muchos y muy grandes inconvenientes resultan de leer libros de Medicina, que tratan de los signos de las enfermedades, y de su curación, quando los que los leen no hacen un estudio particular y profundo de la Medicina. Voy a exponer los peligros de leer estos libros, en primer lugar para el que los lee, ya este bueno o ya se halle enfermo, y en segundo para los que conoce, por los consejos que les da en qualesquiera estado que se hallen.
Por buena que sea la salud que se goza, no es posible que dexe de sentirse algunas veces dolores internos o externos, que aunque no sean de ninguna consideración, si el sugeto no esta acostumbrado a tenerlos le hacen parar la atención mas de lo que merecen, aunque no obstante como no continúen se le olvida; pero no sucede así quando lee o ha leído algunos libros de Medicina, pues en la descripción de las enfermedades reconoce algunas cosas de las que le inquietan, y concluye inmediatamente que está enfermo; es cierto que casi siempre le queda alguna duda acerca de la especie de la enfermedad, porque rara vez sucede el que no le parezca haber tenido muchos signos de los que pertenecen a diferentes enfermedades, o un solo síntoma de los que concurren en distintos males: esta dificultad se le desvanece bien pronto y hace inicio que tiene muchas enfermedades.
Los que sin ser médicos leen Obras de Medicina, no son menos perjudiciales para los demás que para si, porque apenas oyen quejarse a alguno, o creen advertir en el algunos síntomas de enfermedad, le intimidan, le ponen en cuidado acerca de su salud, nombrándole dos o tres enfermedades peligrosas, de las quales, le dicen, está acometido, o a lo menos amenazado; y esta persona es muy dichosa si los pretendidos inteligentes no se ofrecen a curarla o a embiarla el remedio que ha curado semejantes males, y otros muchos.
Aun hay otro peligro en la lectura de los libros de Medicina, que no es menos funesto que los demás, y es, que el que los lee, quando esta enfermo tiene menos confianza y quita la que otros enfermos podrían tener en los consejos de los Médicos.

Le Bégue de Presle, Achille Guillaume
El conservador de la salud, ó Aviso a todas las gentes acerca de los peligros que les importa evitar para mantenerse con buena salud, y prolongar la vida / escrito en francés por Mr. Begue de Presle ... ; traducido al español por don Félix Galisteo y Xiorro ..
En Madrid : en la oficina de Pedro Marin : se hallará en la librería de Francisco Fernández ..., 1776

12 septiembre, 2008

Peligros de hablar o leer en voz alta.



130. El hablar o leer se hace por medio del ayre que alternativamente es recibido y echado fuera del pecho. Quanto mas se habla o se lee en voz alta y con velocidad, mas rápidos y precipitados son los movimientos de los pulmones; entonces la sangre va a ellos en mayor cantidad, y siendo fuertemente agitada y batida por la inspiración y expiración que se suceden con celeridad, se calienta y se rarifica en esta entraña; la circulación se acelera en ella y también en todo el cuerpo, de modo que sobreviene el sudor, la cara se pone colorada, y se pueden tener inflamaciones de la garganta, del pecho, &c, con expecialidad si el pecho esta delicado, o si se ha padecido en el alguna enfermedad. Para precaver estos males es preciso cesar de hablar o leer luego que se empieze a estar acalorado: tampoco se debe hacer inmediatamente después de comer, particularmente si se ha comido mucho, ni estando al frío o en donde corra el ayre: en quanto a las personas que tienen el pecho delicado, que han echado sangre por la boca, que han tenido dolores de costado, o algunas otras enfermedades de pecho, harán bien en no hablar ni leer sino a media voz y muy poco tiempo de seguido, y con las precauciones que quedan advertidas.

Le Bégue de Presle, Achille Guillaume
El conservador de la salud, ó Aviso a todas las gentes acerca de los peligros que les importa evitar para mantenerse con buena salud, y prolongar la vida / escrito en francés por Mr. Begue de Presle ... ; traducido al español por don Félix Galisteo y Xiorro ..
En Madrid : en la oficina de Pedro Marin : se hallará en la librería de Francisco Fernández ..., 1776

11 septiembre, 2008

Lecturas de Sor María de la Antigua.

CAP. IX

Refiere la V. Madre a que libros era su aplicacion...

Andando yo en esta mala vida, que mejor llamara muerte, usava siempre leer buenas leturas; y donde mas regalo sentia siempre, fue en la Passion en un libro viejo llamado, Passio duorum. Alli era todo mi regalo, y amor, que esto hallava muy a la mano siempre. No se me acuerda leer en libro profano, si no fue en el de Diana. Este gustava de leer, y aun me fue de harto daño, porque me ayudo a mi mal natural, mas con todo desque veia que eran mentiras, lo dexava. Acuerdaseme que un dia me presentaron un libro de Celestina, y casi sin leerlo me lo quemo mi santa Madre Bezerril; Dios se lo pague, que si avia hecho que en solo leer, y rezar la Passion, queria que entendiesse....

María de la Antigua (O.S.C.) (-1617)
Desengaño de religiosos y de almas que tratan de virtud / escrito por la V. Madre Sor Maria de la Antigua religiosa profesa de velo blanco de la esclarecida Orden de Santa Clara, en el Convento de la Villa de Marchena de la Santa Provincia de Andaluzia.
Tercera impresión.
En Barcelona : por Ioseph Llopis Impressor, y Mercader de libros, y à su costa . 1697

10 septiembre, 2008

Dice Diego de Estella....

"Los puercos desprecian las rosas y aman el estiércol. Assí los hombres sensuales y vanos aman las hablillas y libros prophanos del mundo... Huye pues del veneno de los libros prophanos como de manifiesta pestilencia, y ama la lección de los libros santos y devotos: porque con la buena y saludable doctrina sea tu espíritu recreado, y sepas lo que debes hazer para alcançar la vida eterna."

Diego de Estella. Primera parte del libro de la vanidad del mundo. Alcalá de Henares; Juan Gracián; 1597.

09 septiembre, 2008

El libro es otra cosa....


"De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación".
Jorge Luis Borges

05 septiembre, 2008

Los libros de Alfonso X el Sabio.

Según Nicolás Antonio, en la Biblioteca Vetus, las obras debidas a Alfonso el Sabio son:
I.- Libro del Tesoro
II.- Libro de las Querellas.
III.- Libro de la Vida y hechos de Alejandro Magno.
IV.- De los loores y milagros de Nuestra Señora.
V.- Tabularum Astronomicarum.
VI.- Hali Aben Raghelis filii operis astronomici.
VII.- Albateni Canones.
VIII.- Avicenam & Averroem.
IX.- Libro de las Armellas, que contiene:


1º. Cuento de las estrellas que son en el ochavo cielo.
2º. Libro de la Esfera.
3º. Libro del Astrolabio redondo.
4º. Libro del Astrolabio llano.
5º. Libro de la lámina universal.
6º. Libro de la Açafefa o Açafeha, que es llamada lámina.
7º. Libro de las Armellas.
8º. Libro de las láminas de las siete planetas.
9º. Libro de la piedra de la sombra, esto es, del Relogio.
10º. Libro del Relogio de agua.
11º. Libro del Relogio de argent vivo.
12º. Libro del Relogio de la candela.
13º. Libro del estrumento del levantamiento.

X.- La historia general de España.
XI.- La grande y general historia.
XII.- La gran conquista de Ultramar.
XIII.- Las siete partidas del Rey D. Alonso.

Juan Ríos Sarmiento. “La vida y los libros de Alfonso el Sabio”. Barcelona; Ed. Juventud; 1943