MÉTODO DE VIDA, Y DISTRIBUCIÓN ORDINARIA, QUE POR RAZÓN DE SU CARÁCTER, Y SEGÚN EL ESPÍRITU DE LOS SAGRADOS CÁNONES DEVE OBSERVAR TODO SACERDOTE.
Distribución de las horas de el día
Por mañana
A las quatro ha de despertar.
De 4 a la media tarde, vestirse.
De la media a las 5. Lección espiritual.
De 5 a 6. Oración mental.
De 6 a 7 y media, Missa, y acción de gracias.
De la media, a las 8. Horas menores.
De 8 a 9. Lección de Biblia.
De 9 a10 estudio de Materias morales.
De 10 a 11. Lección espiritual.
De 11 a 12. Oración en la Parroquia.
A las 12 examen de conciencia sobre culpas, e imperfecciones, por las que tomará alguna penitencia leve, siendo leves, y esta arbitraria.
De 12 a 2 comerá y descansará; si tuviesse proporción de alguna persona, que lea algún libro espiritual, ínterin come, no lo omita.
De dos a 3. Vísperas, y Completas; y si algún tiempo queda, lo empleará en Coloquios.
De 3 a 4. Lección espiritual.
De 4 a 5. Oración en la Parroquia.
De 5 a 6. Maytines, y Laúdes.
De 6 a 8. Estudio, o de Materias morales o predicables, o lección de Historia Eclesiástica, y otro podrá practicarlo, o en passeo, o en algún huerto.
De 8 a 9. el Rosario, y Devociones.
A las 9 tomará alimento.
Un poco antes de las 10 examen de conciencia, como queda dicho.
A las 10 se recogerá.
Los días de Dominica, o solemnes de primera classe solo tendrá la hora de Oración, que deve preceder a la Missa, la media hora de acción de gracias, y la observancia de lo contenido en los números arriba propuestos.
En estos días podrá conversar con algún otro, que siga también las máximas de el espíritu: pero todas sus conversaciones ha de procurar sean edificantes, huyendo de toda conversación ridícula, política, o secular: Quae ad rem non pertinet. Verbum Sacerdotis, dice San Ambrosio, aut est verum, aut sacrilegum.
Ayunara tres días en la hebdomada.
Si cómodamente puede ser, se reconciliara todos los días: o a lo menos de tercero, en tercero.
No omitirá el Egercicio a no ocurrir enfermedad, que lo impida, o grave negocio, que lo embarace. Este ha de ser legitimo, y para evacuarle tomara aquel tiempo, que necessite, omitiendo las horas de el respectivo Egercicio.
Elegirá un Director docto, y espiritual, a quien tributara ciega obediencia, y dará razón de su interior de ocho a ocho días, de quince a quince, o de mes a mes; y este Director podrá añadir, o quitar, según las circunstancias, y sucessos del espíritu, lo que prudentemente juzgasse necessario. Si advirtiesse, que el Director es fácil en condescender, y no insiste con discreción en extinguirle los fuegos de la propia voluntad. Renuncie a su dirección, y elija otro. Si no lo hallase docto, como se requiere, a lo menos sea de claro entendimiento, de bastante oración, y con zelo de almas. Si estas tres qualidades le faltassen, passe sin Director; y traiga siempre prae manibus un librito intitulado: Combate Espiritual, de el Venerable Scupoli, Clérigo Regular de San Cayetano: y siga e este libro en todo. Quando digo, que el Director sea de claro entendimiento, quiero se entienda deve ser Theologo Escolástico, y Moralista, de otra suerte podría ser ocasionasse notable detrimento, al alma: Quia coecus, si coeco ducatum praestet, ambo in foveam cadunt. Mas sino fuesse Theologo Escolástico, a lo menos deve posseer en alto grado esta Ciencia; saber discernir ad unguem la naturaleza de los vicios, y qualidad de las virtudes, y assimissmo tener puntual noticia de la Filosofía Animastiea: si carece de este complexo, aunque le assistan las demás partidas, no elijan su dirección; porque el retraso o precipicio es consiguiente.
Esta es, carissimos Hermanos, la primera planta de la vida de el Espíritu. Este es el método, que ordinariamente deve en su tirocinio seguir un Sacerdote. Y aunque los Sagrados Cánones, Concilios y Santos Padres nos intiman una espiritual sequela, que diga superior ventaja, no obstante tiene lugar en cierto modo la interpretación benigna de este principio suave, el qual he dispuesto con aquella possible dulzura, y blanda benignidad, que me permite la circunstanciada elevación de dignidad tan peregrina.
Alba, Francisco de
Puntos de Disciplina Eclesiástica propuestos a los Señores Sacerdotes, assi en las platicas de la Corte, como en las de otros obispados, por D. Francisco de Alba, Presbítero, Doctor en Sagrados Cánones, Missionero, y Director en Egercicios de Señores Eclesiásticos. A lo ultimo se pone un tratado sobre la interpretación legitima: Como también qual sea el espíritu de la verdad, y qual el espíritu de el error. Cautela contra Impostores.
Valencia, En la Imprenta de Benito Monfort, 1770
[4], 68 p. ; 4º
Sign. : []2, A-H4, I2
Inicial grab. xil.