MEDITACIÓN XVII
De los altos fines con que la Iglesia pone en manos de sus Sacerdotes, y Ministros el Santo Breviario.
Visión muy admirable es ciertamente la que refiere Ezequiel en el capitulo 3 de sus Profecías. Dice, que le mostró Dios un Libro misterioso, y cerrado, y que le mandó, que lo comiesse: Comede volumen istud; y dando después las señas individuales del misterioso Libro, añade el Profeta: que estavan escritas, y gravadas en él lamentaciones, cánticos y versos, y ayes dolorosos, y tristes: Erant in eo scriptae lamentationes, carmen, & vae. Contemplan los Padres, y Expositores la significación, y el sentido de esta visión prodigiosa; y entienden, que el misterioso Libro era un bello compendio del Antiguo, y Nuevo Testamento, y en donde se admiran gravadas las mismas señas que el Profeta refiere. Es a saber, las lamentaciones, y profundos gemidos de tantos Profetas, y Patriarcas, los versos, y cánticos alegres de tantos Psalmos, y los ayes tristes de tantas divinas conminaciones, que uno, y otro Testamento incluyen. Señas todas también muy propias del Sacro Breviario, de que usa la Iglesia; Libro por excelencia divino, y dado a los Sacerdotes por la Divina mano, por ser mismo el que la Iglesia, instruida del Espíritu Santo, compuso, y selló para sus Ministros solos. Y Libro en que está compendiado, y abreviado (que por esso se llama Breviario) lo mas precioso, misterioso, útil, y doctrinal de la Sagrada Escritura; los admirables misterios de una, y otra Ley, las Vidas inefables de Christo, Apóstoles, y demás Santos, con las de los Patriarcas, y Profetas de la Ley Antigua, y con las Oraciones devotissimas, y pías de la Iglesia Santa. O! y que Libro tan prodigioso, y admirable! Que compendio tan útil, y provechoso para todos aquellos que lograren la dicha de tenerle! Pues entiende, que este mismo Libro es el que Dios por mano de su Iglesia nos entrega al ordenarnos in Sacris, imponiéndonos la perpetua ley del quotidiano Rezo: lo qual es virtualmente lo mismo, que si nos dixesse, y mandasse lo que allá Dios al Profeta: Comede volumen istud. Comete este Libro sabroso; y es como si nos dixesse: O Sacerdotes del Altissimo, ordenados, y consagrados ya para el divino culto, y servicio, y tributar, al Señor de Cielos, y tierra continuas adoraciones, y alabanzas! Mirad, y atended bien a esse Libro divino, y santo, que se os pone en la mano; advertid, y entended, que no se os da solo para verle, y registrarle exteriormente, ni leerle solo con la prolación de sus palabras: se os da si, para que espiritualmente os saboreéis con el, y le comáis gustosos; porque manjar, y Maná dulcissimo es del espíritu, como compuesto de la palabra Divina, que es sustento verdadero del alma: Comede volumen istud.
Pero así como el manjar, y sustento del cuerpo, para no ser dañoso, ni nocivo, antes nutritivo, y provechoso, es necessario, que primero se mastique bien, y luego se digiera, y convierta en substancia; assi es necesario también, que el manjar de este Libro tan espiritual, y substancioso, se mastique antes bien con el entendimiento, luego se cuezca, y digiera al calor de la voluntad, y se convierta al fin en substancia propia del espíritu; que este es el genuino sentido que da el Sabio Alapide a las palabras citadas del Profeta: Come este volumen. Esto es, dice el Expositor citado, rebuelvelo primero en el animo con la inteligencia, digiérelo después con el calor de la devoción, y assi le convertirás luego en satisfacción, y pasto provechoso del alma. Lo mismo nos enseña, y persuade el dulcissimo S. Bernardo, instruyéndonos en el modo de percibir con provecho el fruto del Oficio, y Rezo Divino: Immolantes Deo hostiam laudis, jungamus sensum verbis, affectum sensui, & exultationem affectui. Aviendo de ofrecer a Dios (dice el Santo) la hostia agradable de sus alabanzas, procuremos juntar bien con las palabras el sentido, con el sentido el afecto, y con el afecto el espiritual contento, y gozo. Y ve aquí cifrados brevemente los altos fines, y designios, que tiene la Iglesia, quando pone el Sagrado Breviario en manos de sus Sacerdotes, y Ministros. Trata pues tu de observarlos fielmente, y a la letra, si quieres participar de tan dulces, y preciosos frutos; y para esso, procura reflexionarlos con la atención posible en los Puntos que se van a proponerte.
Fernández Cantos, Antonio
Guía de ordenandos : Breve Compendio de Meditaciones, PARA EL USO de Los Ordenantes en Exercicios Espirituales SUS / Dispuesto Por El Dr. D. Antonio Fernández Cantos ... ; Sácale una luz el ... Cabildo de Sacerdotes de la Ciudad de Cuenca, y Orden Por de su ... Obispo ...
En Valencia: Por Joseph Thomas Lucas, 1762
[40], 312 p. : Il. , 4 º (21 cm)
De los altos fines con que la Iglesia pone en manos de sus Sacerdotes, y Ministros el Santo Breviario.
Visión muy admirable es ciertamente la que refiere Ezequiel en el capitulo 3 de sus Profecías. Dice, que le mostró Dios un Libro misterioso, y cerrado, y que le mandó, que lo comiesse: Comede volumen istud; y dando después las señas individuales del misterioso Libro, añade el Profeta: que estavan escritas, y gravadas en él lamentaciones, cánticos y versos, y ayes dolorosos, y tristes: Erant in eo scriptae lamentationes, carmen, & vae. Contemplan los Padres, y Expositores la significación, y el sentido de esta visión prodigiosa; y entienden, que el misterioso Libro era un bello compendio del Antiguo, y Nuevo Testamento, y en donde se admiran gravadas las mismas señas que el Profeta refiere. Es a saber, las lamentaciones, y profundos gemidos de tantos Profetas, y Patriarcas, los versos, y cánticos alegres de tantos Psalmos, y los ayes tristes de tantas divinas conminaciones, que uno, y otro Testamento incluyen. Señas todas también muy propias del Sacro Breviario, de que usa la Iglesia; Libro por excelencia divino, y dado a los Sacerdotes por la Divina mano, por ser mismo el que la Iglesia, instruida del Espíritu Santo, compuso, y selló para sus Ministros solos. Y Libro en que está compendiado, y abreviado (que por esso se llama Breviario) lo mas precioso, misterioso, útil, y doctrinal de la Sagrada Escritura; los admirables misterios de una, y otra Ley, las Vidas inefables de Christo, Apóstoles, y demás Santos, con las de los Patriarcas, y Profetas de la Ley Antigua, y con las Oraciones devotissimas, y pías de la Iglesia Santa. O! y que Libro tan prodigioso, y admirable! Que compendio tan útil, y provechoso para todos aquellos que lograren la dicha de tenerle! Pues entiende, que este mismo Libro es el que Dios por mano de su Iglesia nos entrega al ordenarnos in Sacris, imponiéndonos la perpetua ley del quotidiano Rezo: lo qual es virtualmente lo mismo, que si nos dixesse, y mandasse lo que allá Dios al Profeta: Comede volumen istud. Comete este Libro sabroso; y es como si nos dixesse: O Sacerdotes del Altissimo, ordenados, y consagrados ya para el divino culto, y servicio, y tributar, al Señor de Cielos, y tierra continuas adoraciones, y alabanzas! Mirad, y atended bien a esse Libro divino, y santo, que se os pone en la mano; advertid, y entended, que no se os da solo para verle, y registrarle exteriormente, ni leerle solo con la prolación de sus palabras: se os da si, para que espiritualmente os saboreéis con el, y le comáis gustosos; porque manjar, y Maná dulcissimo es del espíritu, como compuesto de la palabra Divina, que es sustento verdadero del alma: Comede volumen istud.
Pero así como el manjar, y sustento del cuerpo, para no ser dañoso, ni nocivo, antes nutritivo, y provechoso, es necessario, que primero se mastique bien, y luego se digiera, y convierta en substancia; assi es necesario también, que el manjar de este Libro tan espiritual, y substancioso, se mastique antes bien con el entendimiento, luego se cuezca, y digiera al calor de la voluntad, y se convierta al fin en substancia propia del espíritu; que este es el genuino sentido que da el Sabio Alapide a las palabras citadas del Profeta: Come este volumen. Esto es, dice el Expositor citado, rebuelvelo primero en el animo con la inteligencia, digiérelo después con el calor de la devoción, y assi le convertirás luego en satisfacción, y pasto provechoso del alma. Lo mismo nos enseña, y persuade el dulcissimo S. Bernardo, instruyéndonos en el modo de percibir con provecho el fruto del Oficio, y Rezo Divino: Immolantes Deo hostiam laudis, jungamus sensum verbis, affectum sensui, & exultationem affectui. Aviendo de ofrecer a Dios (dice el Santo) la hostia agradable de sus alabanzas, procuremos juntar bien con las palabras el sentido, con el sentido el afecto, y con el afecto el espiritual contento, y gozo. Y ve aquí cifrados brevemente los altos fines, y designios, que tiene la Iglesia, quando pone el Sagrado Breviario en manos de sus Sacerdotes, y Ministros. Trata pues tu de observarlos fielmente, y a la letra, si quieres participar de tan dulces, y preciosos frutos; y para esso, procura reflexionarlos con la atención posible en los Puntos que se van a proponerte.
Fernández Cantos, Antonio
Guía de ordenandos : Breve Compendio de Meditaciones, PARA EL USO de Los Ordenantes en Exercicios Espirituales SUS / Dispuesto Por El Dr. D. Antonio Fernández Cantos ... ; Sácale una luz el ... Cabildo de Sacerdotes de la Ciudad de Cuenca, y Orden Por de su ... Obispo ...
En Valencia: Por Joseph Thomas Lucas, 1762
[40], 312 p. : Il. , 4 º (21 cm)