11 Pero acercándonos mas a nuestro assumpto, la copia en verdad de volúmenes en todo genero, y las excelentes Bibliothecas, con que se señalavan antiguamente nuestros Monasterios, nos subministran un fuerte argumento de la industria de los Mayores, y excelente exemplo de aplicación, digna de imitarse. El ordenar aquí las historias de todas estas, y dar un Catalogo tan solo de las mas sobresalientes, seria obra quizá de un superfluo, y mas prolixo trabajo. Ello consta, que el P. San Benito estableció en su regla, que al principio de la Quaresma cada uno tomasse de la Librería su libro, y los leyessen de nuevo. Pero siendo muy copioso el numero de los Monges, si a cada uno se distribuía un libro, y quedavan aun muchos precisos para componer la Bibliotheca, con razón se puede inferir aquí, que no era corto el numero de ellos. Pues si esto sin duda se comprueba de los primitivos Monasterios, lo mismo con mayor derecho se podrá decir de aquellos, que fueron fundados después; lo que en realidad se podrá fuertemente confirmar, en especial por el puntual, y continuo cuidado de copiar los libros, maltratados por la sobrada antigüedad, puesto que este era el único trabajo a que se aplicavan los Monges mas de ordinario, como manifiesta muy bien Mabillon en su precioso tratado de Studiis Monasticis, cap. 6. Hesteno in Disq. Monast. Henr. Petreo de Monast. Germ. p.4.
12 Con quanto cuidado, también solicitud, e industria, los que exercieron el cargo como buenos Prelados, se aplicaren a fomentar las enseñanzas de las buenas artes, y a eregir, y enriquecer las Bibliothecas de los Monasterios, se pudiera demonstrar con exemplos casi inumerables. Baste uno por mil. S. Benito Biscopio, Abad primero de Canterbury, después de Wiremath, y de Girwic en Inglaterra, eminente en doctrina, y santidad en el siglo 7, que haviendo partido cinco veces para Roma, otras tantas transporto de allí una inumerable copia de libros de todo genero, y compuso con ellos una excelente, y escogidissima Librería en el Monasterio Wiremuthense a quien presidía; adoleciendo de la ultima enfermedad exortó muy de veras a sus discípulos, para que con todo cuidado la conservassen, y precabiessen, no sucediesse, que por su propia negligencia se acabassen, o perdiessen algunos de los libros, como mas difussamente lo cuenta el Escritor de su vida, y discípulo el Venerable Beda. Añade Jepesio, que siendo el hombre sin letras un Microcosmo en realidad, o un pequeño Mundo, pero sin sol, para que pudiesse aprovechar, tanto a la Juventud, como a la Republica, Biscopio abrió juntamente con Geolfrido Escuelas en su Monasterio, donde exercieron también con puntualidad ellos mismos el ministerio de enseñar. De aquí salio aquella gran lumbrera de la Iglesia el Venerable Beda.
Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.
12 Con quanto cuidado, también solicitud, e industria, los que exercieron el cargo como buenos Prelados, se aplicaren a fomentar las enseñanzas de las buenas artes, y a eregir, y enriquecer las Bibliothecas de los Monasterios, se pudiera demonstrar con exemplos casi inumerables. Baste uno por mil. S. Benito Biscopio, Abad primero de Canterbury, después de Wiremath, y de Girwic en Inglaterra, eminente en doctrina, y santidad en el siglo 7, que haviendo partido cinco veces para Roma, otras tantas transporto de allí una inumerable copia de libros de todo genero, y compuso con ellos una excelente, y escogidissima Librería en el Monasterio Wiremuthense a quien presidía; adoleciendo de la ultima enfermedad exortó muy de veras a sus discípulos, para que con todo cuidado la conservassen, y precabiessen, no sucediesse, que por su propia negligencia se acabassen, o perdiessen algunos de los libros, como mas difussamente lo cuenta el Escritor de su vida, y discípulo el Venerable Beda. Añade Jepesio, que siendo el hombre sin letras un Microcosmo en realidad, o un pequeño Mundo, pero sin sol, para que pudiesse aprovechar, tanto a la Juventud, como a la Republica, Biscopio abrió juntamente con Geolfrido Escuelas en su Monasterio, donde exercieron también con puntualidad ellos mismos el ministerio de enseñar. De aquí salio aquella gran lumbrera de la Iglesia el Venerable Beda.
Legipont, Oliver.
Itinerario en que se contiene el modo de hacer con utilidad los Viages a Cortes Estrangeras. Con dos dissertaciones, la primera sobre el modo de ordenar, y componer una librería. La segunda sobre el modo de poner en orden un Archivo. Escrito todo en latín por el P. D. Oliver Legipont, de la Orden de San Benito, y traducido en español por el Dotor Joaquin Marin, Año 1759.
En Valencia, Año M.DCC.LIX. Por Benito Monfort, junto al Hospital de los Estudiantes.